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jueves 28, marzo 2024

Continuamos, que no es poco

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La sangría que está teniendo lugar desde hace unos años en los medios de comunicación no conduce más que a agravar el empobrecimiento de una sociedad que ya anda bastante justa de alimento cultural y que necesita, como el comer, comprender el mundo en el que está inmersa.

Son momentos difíciles para todos, confusos en la mayoría de las ocasiones, vertiginosos, cambiantes, sin sentido. Las noticias diarias están plagadas de verdades a medio contar o mentiras bien presentadas, por lo que es más necesario que nunca observar con serenidad, reflexionar, contrastar, discernir y finalmente madurar cada conclusión. Y aún poniendo mucho empeño, en el mejor de los casos, es sumamente complicado ubicarse en una realidad tan global, tan multicultural, tan compleja y tan cambiante.

En Asturias hemos vivido un año dramático en lo que a medios se refiere. Un medio de comunicación profesional, sea periódico, radio, televisión, es mucho más que unas páginas impresas o una programación. Es en sí mismo un ecosistema completo, un ente vivo imposible de desligar de su entorno, una red compleja de relaciones entre distintas partes que interactúan entre sí y con la comunidad, haciéndola más rica y más diversa. Por eso el cierre de una cabecera histórica como La Voz de Asturias ha sido doloroso a muchos niveles, desde sus trabajadores hasta la sociedad en general, que es un poco más pobre de espíritu con cada paso atrás que se da en este camino. Ha sido el último ejemplo de una tendencia devastadora que ha dejado otros muchos proyectos por el camino y ha sumido a otros en problemas serios que aún están por solucionar.
Los medios de comunicación, además de soportar las embestidas de una crisis que está exprimiendo y dejando en las raspas a la mayoría de los sectores, están siendo reducidos a la mínima merced a operaciones económicas que únicamente atienden a las finanzas de los grandes grupos mediáticos. Y si la comunicación se reduce a satisfacer al mercado, despidámonos de la libre expresión. No hay que confundirse: tras un baño de pluralidad aparente, la realidad es que los medios más importantes están en manos de un puñado de corporaciones y por tanto las autopistas por las que circula la información cada vez son menos. Habrá quien diga que ahora tenemos internet, y sí, menos mal, pero para poder orientarse en ese aluvión tan estupendo es más que conveniente tener un ‘equipaje’ previo que no se logra de la noche a la mañana, sino viviendo inmerso en una sociedad en la que la pluralidad no sea una palabra domesticada, sino un concepto que se respire en los parques, se beba en el café de la mañana y, sin darnos cuenta, impregne la vida cotidiana de los ciudadanos.
En este contexto, y viendo cómo este mar furioso se lleva por delante navíos más grandes y mejor armados, Fusión Asturias sigue adelante, lo que ya es un triunfo sobre lo que imponen estos tiempos. Nuestro proyecto de llevar a cabo una revista asturiana, que nació con timidez hace más de dos décadas, ha ido creciendo con el tiempo dentro de sus posibilidades, con el apoyo de lectores y colaboradores, afianzándose en el espacio que ocupa dentro del mosaico editorial asturiano. Podemos decir que aquí estamos y que continuamos camino, agradeciendo los apoyos y confiando en que podamos contribuir a que Asturias se convenza de que es posible llevar adelante los sueños.

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