En lucha

El 22 de marzo ocho marchas de distintas banderas confluyeron en la capital de España. A ellas se unieron miles de personas que caminaron juntas por las calles de la ciudad para reclamar «Pan, trabajo y techo», pero sobre todo para llenar Madrid de Dignidad. Y todo ello a pesar del silencio informativo de la mayoría de los medios y de las amenazas del gobierno central y autonómico. Después de 22 días de caminata y 400 kilómetros recorridos, la columna asturiana también estuvo presente, como no podía ser de otra manera. Al son de las gaitas y ondeando las banderas azules, se unió al resto con una pancarta que decía «Emburriando un cambiu social. Nin paru, nin deuda».
Con hitos como el Tren de la Libertad o la Marcha Minera, Asturias siempre está presente en las movilizaciones ciudadanas que demandan un cambio de rumbo, donde primen las personas antes que los mercados. También en casa, pese al cansancio y el previsible desánimo, hay varios frentes abiertos: dos días antes de la Marcha de la Dignidad, la Plataforma de Trabajadores en Lucha consiguió reunir a miles de personas en Gijón.
El calendario de convocatorias, manifestaciones, protestas y movilizaciones para los próximos meses es intenso, y se da por hecha la participación asturiana. Habrá que ver, sin embargo, a donde nos lleva esa capacidad de convocatoria: como se ha visto en las últimas en Madrid, de la concentración pacífica a la batalla campal hay un paso cada vez más corto, por múltiples razones. Si no se consigue gestionar el descontento de esa tremenda masa social, si no se administran de forma inteligente los pequeños y grandes triunfos, que los hay (véase la privatización de la sanidad madrileña o, en Asturias, el ERE de Tenneco), ¿qué puede pasar en la próxima gran movilización?