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jueves 25, abril 2024

Big data, grandes desafíos. Números que pueden mejorar nuestra vida

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La cantidad de datos que se generan cada día supera con creces la capacidad del ser humano para recopilar y analizar dicha información. El big data consiste en la gestión y análisis de esas cantidades ingentes de datos para extraer información que luego puede ser aplicada a distintos campos.
Millones de datos pueden cambiar nuestra forma de pensar y por tanto, nuestra vida. Analizamos tres casos en Asturias.
Después de medir las distintas variables relacionadas con un determinado fenómeno y poner los datos en común podemos averiguar qué está pasando, aunque luego haya que investigar el porqué. El big data agrupa infraestructuras, sistemas automatizados y tecnologías que facilitan la labor en la toma de decisiones, permitiendo establecer una hoja de ruta, apoyándose en la información procesada.
En la actualidad, los elementos más apropiados para examinar todo ese océano de información son los algoritmos. Fórmulas matemáticas complejas diseñadas para analizar datos de las distintas fuentes y seleccionar de forma automática lo relevante para usarlo luego de forma concreta.
Dicen los expertos que en los próximos años toda la actividad empresarial se orientará hacia la generación y explotación de los datos, su análisis constante y el replanteamiento del modelo de negocio. Los que no cojan este tren simplemente dejarán de ser competitivos. Se habrán quedado atrás. La economía, la Bolsa, la medicina, la física, la biología, el márketing, la política o el periodismo, son algunos de los campos que han experimentado el impacto del big data.
Analizamos tres casos en Asturias, relacionados con el mundo del deporte, la educación y la biomedicina, que cimentan su éxito precisamente en los datos.

Join SP, matemáticas en el fútbol

El ingeniero de telecomunicaciones langreano Marcos González y su equipo de la empresa Join SP lograron fusionar su afición por el fútbol con el análisis de datos. Como fruto de esta unión consiguieron predecir el resultado de la Final de la Liga de Campeones 2016 y alzarse con el premio Data Science Awards 2016 al mejor periodismo de datos, un galardón que otorga Synergic Partners y Telefónica.
«Aplicamos modelos predictivos propios de la economía o la Bolsa. Se trata de algoritmos estadísticos que tienen en cuenta variables como el potencial ofensivo y defensivo de cada equipo, así como factores de corrección asociados a la tendencia de los últimos encuentros o la diferencia de sus cifras como local/visitante. Aspectos como si el tipo de jugada con el que más sufre un equipo es del que más provecho suele sacar su rival, cómo se comportan a balón parado, el porcentaje de juego por cada banda… Todo entra en juego en el algoritmo», comenta Marcos González. El fútbol es el deporte que más pasiones levanta y más dinero mueve en nuestro país. También es el protagonista por excelencia de la sección de deportes de cualquier medio.

El ingeniero Marcos González y su equipo de Join SP consiguieron el premio Data Science Awards 2016 al mejor periodismo de datos, al predecir el resultado de la Final de la Liga de Campeones del pasado año.

Pero ¿se trata de un deporte que se mueve por pasión o por números? «Técnicos, periodistas y aficionados manejan cada vez más las estadísticas para valorar el rendimiento de equipos y jugadores: quién recorre más kilómetros, quién dispara más a puerta o el número de balones que roban. Este germen abre la puerta al uso de matemáticas más avanzadas que ayuden a los generadores de opinión, que aumenten el disfrute por parte de los aficionados y que aconsejen a los entrenadores. Hablamos de cruce de datos complejos (no sólo qué jugador roba más balones sino con qué temperatura, qué humedad, jugando con qué compañeros se ve favorecido y/o perjudicado) y de predicciones estadísticas (conocer que un jugador está cerca de lesionarse porque está repitiendo un patrón que anteriormente redundó en una baja, saber qué jugada hará cada equipo en función de la situación de juego). ¿Nos imaginamos a una compañía aseguradora calculando el precio del seguro a un conductor por las sensaciones que le trasmite? Dadas las cifras que mueve el deporte rey, sería inaceptable que no abrazasen mejoras tecnológicas que en otros ámbitos están a la orden del día y con resultados más que satisfactorios. Las decisiones más inteligentes se toman a través de datos objetivos, y el cerebro humano no es capaz de asimilar ni analizar todos los que suceden en un terreno de juego. Lo que no se mide, no se puede mejorar. En ese aspecto, los datos son el mejor aliado. Y ahí entramos nosotros…», puntualiza González.
El análisis inteligente de datos lo están aplicando también al mundo de las apuestas deportivas. Hasta ahora Join SP trabajaba con equipos profesionales de fútbol, pero actualmente «estamos trabajando en una herramienta válida para todos los deportes y todas las categorías. No hace falta ser Messi o Cristiano para aprovecharse de las ventajas tecnológicas».

Cuicui Studios, educación innovadora

Niñas estudiando con tableta
Foto: nensuria-Freepik
A partir de la teoría de la existencia de inteligencias múltiples, esta pequeña empresa formada por siete jóvenes entre los que se encuentran varios educadores, un programador, un psicólogo, un diseñador y un economista, desarrolla una innovadora startup educativa que el pasado año obtuvo el galardón South Summit de Madrid. Uno de los eventos más importantes a nivel mundial, donde tuvieron que competir con más de cuatro mil startups de cuarenta países. «Intentamos analizar las inteligencias de los usuarios a través de los videojuegos. Para ello nos basamos en la teoría de las inteligencias múltiples, un modelo de concepción de la mente desarrollado por el investigador Howard Gardner, que dictamina que no existe una única inteligencia, sino ocho distintas y relacionadas entre sí. Nuestro proyecto consiste en el diseño de una biblioteca de videojuegos que potencie cada una de esas inteligencias. Para ello creamos dos app, una para los más pequeños y otra para adultos», explica Norman Suárez de Cuicui Studios. Antes de llegar hasta aquí se realizó un importante trabajo de campo en más de veinte escuelas con más de tres mil alumnos. «A partir de los datos y el feedback obtenido fuimos desarrollando un método de medición de inteligencias tras analizar más de cincuenta mil partidas con softwares estadísticos. Para la creación del algoritmo nos han ayudado matemáticos, físicos, pedagogos y expertos en psicometría», añade Norman.

La joven empresa asturiana Cuicui Studio ha desarrollado una innovadora startup educativa premiada dentro y fuera de España.

Además del prestigioso South Summit, Cuicui Studios ha conseguido el Premio Emprendedor XXI, en el Certamen Nacional de Jóvenes Emprendedores y ha sido seleccionada por la Comisión Europea como una de las cincuenta empresas más creativas de Europa. Un momento importante que sin duda hay que aprovechar. «La versión infantil de nuestro software está orientada principalmente para las escuelas y clínicas. La versión de adultos ya está presente en más de cincuenta países y en menos de un mes hemos obtenido más de cinco mil usuarios registrados. Teniendo en cuenta que hasta la fecha habíamos estado muy centrados en el producto y todavía no habíamos llegado al mercado hasta hace pocas semanas, creemos que la cosa pinta bien. Nuestro objetivo es terminar el año con una fuerte presencia en mercados hispanohablantes y anglosajones». Un reto que parece estar ya muy cerca.



Juan Luis Fernández. Matemático de la Universidad de Oviedo
Macrodatos al servicio de la medicina

Cuando empiezas a calcular algo, comienzas a saber y a partir de ahí puedes adelantarte a las cosas, puedes ver el futuro.
Los matemáticos no son por lo general muy conocidos. Pero el trabajo realizado en el campo de la biomedicina por Juan Luis Fernández del Departamento de Matemáticas de la Universidad de Oviedo y su equipo, ha generado gran interés no solo en nuestro país sino también fuera de él. Matemáticas y medicina al servicio del paciente.

Juan Luis Fernández. Matemático de la Universidad de Oviedo
Foto: Fusión Asturias

Las distintas líneas de investigación que tienen abiertas son un «claro ejemplo de cómo la colaboración multidisciplinar entre equipos de médicos y de matemáticos puede resultar beneficiosa en el análisis de problemas muy complejos», añade Fernández Martínez. El grupo de Problemas Inversos de la Universidad de Oviedo, que él dirige, mantiene una relación fluida con otras instituciones internacionales desde 2013.

-¿Qué dicen las matemáticas de nosotros?
-Están en todo lo que nos rodea. Si no existieran no habríamos podido llegar a la luna, ni tener una tecnología tan avanzada como la actual. Lo que ocurre es que se explican muy mal desde la infancia. No es cuestión de buenos o malos profesores, sino de saber explicar para qué sirven y hacerlo bien. Hoy en día el big data, nos da una gran información para poder hacer predicciones. Detrás de la Bolsa, del márketing, del cálculo de estructuras, de la seguridad… hay modelos matemáticos. Nosotros los aplicamos especialmente a la biomedicina.
-Parece un campo novedoso…
-Sí y no. Todas las técnicas de imagen médicas están basadas en Problemas Inversos, que es en lo que trabaja nuestro Departamento. Reconstruir lo que ocurre en el interior de un cuerpo a partir de medidas tomadas en la periferia, es decir, extraer imágenes médicas para un diagnóstico a través de un escáner ya se hacía en los años cincuenta y hoy tiene un valor que nadie discute. En la actualidad ya se están analizando datos genéticos para predecir enfermedades, ayudar a la toma de decisiones, optimizar tratamientos y evitar sufrimientos innecesarios. En un futuro no muy lejano podría existir un programa que a partir de las resonancias magnéticas de un enfermo se pueda detectar el cáncer en su etapa inicial.
-¿En qué proyectos trabaja actualmente?
-Trabajamos en diferentes proyectos financiados y no financiados. Las matemáticas necesitan pocos medios: datos, ordenadores y talento. Y donde ahora tenemos más problemas es en retener el talento. La gente que formas luego no tiene un sueldo digno, la universidad está pagando a los doctores seiscientos o setecientos euros y eso es una vergüenza. Si perdemos esa batalla habremos perdido todas.
Trabajamos en Proyecto Finisterrae (medicina traslacional) aplicando el análisis de datos al principio de la genómica para buscar soluciones a diferentes enfermedades. Tenemos tres grandes áreas de trabajo. Área del cáncer, que aunque se ha investigado mucho en el tema de terapias avanzadas no se ha progresado. Creemos que hay cosas que se están haciendo mal. Acabamos de publicar varios artículos que dan algunos indicios. Área de las enfermedades raras, unas siete mil para las que no hay solución. Creemos que hacen falta métodos pragmáticos donde en un solo paso, se pase del dato genético a la posible búsqueda de medicamentos huérfanos, es decir, aquellos que son probados para otras enfermedades pero que también podrían curar estas. Y en tercer lugar, el área de las enfermedades neurodegenerativas: párkinson, alzheimer, ELA, esclerosis múltiple. Tenemos trabajos muy adelantados en este tipo de enfermedades.

«En un futuro no muy lejano podría existir un programa que a partir de las resonancias magnéticas de un enfermo se pueda detectar el cáncer en su etapa inicial»

– Esto que me comenta no es algo de ciencia ficción, está ocurriendo.
-Sí, avanza a gran velocidad y los resultados se ven. Somos un equipo de cinco personas y contamos con la ayuda de colaboradores externos americanos, griegos e italianos. Además trabajamos en distintas áreas con especialistas del Huca y del hospital Jove. La ciencia es algo global pero con incidencia local, porque si estos hospitales nos piden colaboración y nosotros podemos ayudar, estamos encantados. Es un orgullo ayudar a solucionar problemas. Por ejemplo junto con la Fundación del hospital Jove, vamos a pedir financiación para un test bioquímico matemático que sirve para predecir la metástasis del cáncer de mama a diez años a partir del análisis de una serie de proteínas del tejido que rodea al tumor. Vamos a ser capaces de predecir si una paciente con cáncer de mama va a desarrollar la metástasis, en un grado de fiabilidad muy elevado. Si podemos llevar esto a la práctica será una revolución en el diagnóstico del cáncer de mama. Somos un equipo ambicioso e incluso soñador, me atrevería a decir.
tema del mes big data, grandes desafíos, números que pueden mejorar nuestra vida-Hasta ahora la eficacia de los fármacos se probaba en ensayos clínicos con personas. Utilizar el big data sería un avance.
-No entiendo cómo en este terreno no hay más colaboración por parte de las empresas farmacéuticas y los hospitales. Deberían de interesarse por disponer de información anónima de pacientes que puede proporcionar un hospital. Y por parte de estos, cederlos para así mejorar los tratamientos. A veces criticamos a las farmacéuticas, pero de diez mil medicamentos que plantean a lo mejor solo sale uno al mercado. Es necesario destinar medios económicos enfocados a apoyar políticas eficientes en investigación y eso no tiene por qué ser una iniciativa pública, puede ser público-privada; el objetivo es que se mueva. Hay mucho por investigar en todo el tema de enfermedades raras que son minoritarias y ahí es necesaria una financiación pública para encontrar medicinas personalizadas adaptadas a cada paciente. Nosotros trabajamos para que esa medicina llegue a todo el mundo.

«Sin sueños no hay nada, se lo digo a mis alumnos. En ciencia si no te pones objetivos que sean realistas pero también ensoñadores, terminas no haciendo nada»

-¿Cree que en el big data está el futuro de la sostenibilidad del sistema sanitario?
-Sí, lo tengo muy claro y me consta que en el Huca lo ven también así. El tema es hacerlo bien. Hoy en día los informáticos en una empresa son como los contables, imprescindibles. El hecho de que el Huca se pasase al Millenium -un programa que está instalado en más de mil hospitales de EEUU y también en Europa-, es algo más que un paso hacia un hospital sin papeles. Con esto, cualquier estrategia biomédica, cualquier algoritmo que en el Huca o cualquier otro hospital implementado en Millenium, se demuestre que funcione, es exportable a todo el mundo. La implementación de todos los algoritmos inteligentes hacen que seamos más eficientes y por tanto, ahorremos más dinero.
-¿Qué valoración hace de nuestro actual Sistema Nacional de Salud?
-Para el dinero que se invierte es muy eficiente. No por invertir más obtienes más resultados. Por ejemplo en EEUU el gasto sanitario es enorme y en cambio la atención no es mejor. Tampoco en Francia. Se trata de utilizar el big data no solo en la gestión sino también en la toma de decisiones. Un médico que tenga que tomar una decisión querrá tener información y datos. El futuro está ahí.
Ahora dicen que la muerte va a ser opcional y no es un cantamañanas quien lo sugiere. Es gente que sabe que después del Proyecto del Genoma Humano y Epigenoma Humano, el siguiente reto va a ser este. Van a meter a equipos multidisciplinares de todo el mundo a estudiar cómo revertir las enfermedades y el envejecimiento.

«Hoy en día el big data, nos da gran información para poder hacer predicciones. Nosotros lo aplicamos especialmente a la biomedicina»

-Ha señalado en varias ocasiones que «la biomedicina será una mina aquí en Asturias».
-Yo creo que sí. Soy Ingeniero de Minas por formación y mi especialidad era el petróleo. Si lo hacemos bien, claro que sí puede ser una mina. Pero hay que hacerlo con una visión industrial, empresarial, para que genere riqueza, rendimiento y bienestar. Hay que sacar partido a las cosas. Todos queremos que nuestros hijos cuando se formen puedan quedarse en Asturias o en España. Ayer por ejemplo, se jugaba un derbi de fútbol y no había nadie por la calle, todo el mundo estaba pegado al televisor. ¿Cuántos millones había en ese campo concentrados? Si parte de ello se invirtiera en ciencia aplicada con una visión pragmática de ayudar a resolver problemas, las cosas serían muy distintas.
-Se nota que le gusta su trabajo…
-Me gusta y los que trabajan conmigo son también apasionados. Intentamos poner nuestro granito de arena. Cada vez tenemos más colaboraciones internacionales: franceses, griegos, italianos, gente que tenga visión creativa y quiera hacer el bien. Sin sueños no hay nada, se lo digo a mis alumnos. En ciencia si no te pones objetivos que sean realistas pero también ensoñadores, terminas no haciendo nada.

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