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miércoles 24, abril 2024

Asturias, para vivirla

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En tiempos de especialización y profesionalización turística, Asturias está creando un interesante perfil basado en el turismo de experiencias.
Asturias enamora. Tal vez porque sin grandes desplazamientos es posible disfrutar de una tremenda gama de contrastes: observar la línea de playa desde la cima de una montaña, calzarse las madreñas en una aldea rural o asistir a un espectáculo urbano y de vanguardia. Todo cerca, y además aliñado con el ingrediente de una gastronomía irresistible.
Muchos de los turistas que visitan el Principado se apuntan a la nueva forma de viajar que plantea el turismo de experiencias. Ya no basta con la escapada a la playa o la búsqueda de un alojamiento excepcional; el siguiente paso es combinar la simple estancia con actividades que ayudan a vivir y conectar con el territorio. Algunos, con las botas de montaña como equipaje, llegan desde muy lejos para observar los osos en Somiedo o Cangas del Narcea; en temporada otoñal también se puede disfrutar del espectáculo de la berrea del venado, planteado como paquete turístico en concejos como Aller o los pertenecientes al Parque Natural de Redes.

El sector del turismo rural, sabe que el visitante busca, además de un alojamiento adecuado, vivir una experiencia enriquecedora.

Las experiencias son tan diversas como aprender a surfear en conocidas playas asturianas, descender el Sella en canoa, descubrir los secretos de la elaboración de la sidra en un lagar o ser ganadero por un día. Muchas de estas vivencias tienen como protagonista algún producto gastronómico, permitiendo conocer el trabajo de diferentes queserías asturianas, o acercarse al proceso de producción de la faba, visitando plantaciones y completando la jornada frente a un buen plato de fabada. La oferta es sorprendentemente variada y la suma de cada ingrediente consigue que esta pequeña comunidad deje de serlo para transformarse en un territorio de amplísimas posibilidades, que al final siempre sorprende.

Naturaleza en estado puro¿Que se puede decir de un territorio cuya tercera parte se encuentra bajo una figura de protección? Asturias es pura naturaleza, un encadenamiento de espacios verdes preservados bajo la Red Regional de Espacios Naturales Protegidos. Y no es para menos, la UNESCO ha distinguido con la categoría de Reserva de la Biosfera a seis de los espacios naturales más emblemáticos (Oscos-Eo, Parque Nacional de los Picos de Europa y los Parques Naturales de Somiedo, Redes, Las Ubiñas-La Mesa y las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias), pero hay muchos otros espacios protegidos con valores paisajísticos y medioambientales de gran valor. Y gracias a esa preservación del medio natural, Asturias cuenta con una riqueza faunística excepcional entre la que se encuentran especies como el oso pardo, lobo, urogallo o el águila real.


Especialistas en el medio natural

Atendiendo sólo a su tamaño, Asturias cuenta con un número de alojamientos rurales casi desproporcionado. Desde luego, una cifra superior a la que ostentan comunidades con territorios más extensos, como Galicia o Andalucía. La competencia, y más en tiempos de crisis, obliga a desarrollar nuevas estrategias para salir adelante, por eso muchos empresarios del medio rural han optado por ofrecer algo más que un alojamiento.

Agroturismo en la Comarca de la Sidra
Agroturismo en la Comarca de la Sidra. /Foto cedida por Severino García


Sin desmerecer el turismo urbano, el privilegiado escenario natural de Asturias -seis Reservas de la Biosfera, hasta veintisiete parques y espacios naturales protegidos, y una costa espectacular- señala cuál es el camino a seguir. A esto se suma un rico legado en tradiciones, costumbres y patrimonio etnográfico, de modo que no se puede negar que la especialidad de esta región es el territorio natural, al que hay que sacar partido para seducir al turista.

En Suiza la búsqueda de la innovación ha llevado a los empresarios a ofrecer los ‘heuhotels’, hoteles de heno. Cientos de granjas se han transformado en hoteles rurales al ofrecer a los amantes de la naturaleza la posibilidad de dormir en graneros y almacenes de paja, con el sonido ambiental de vacas y otros animales de la granja de fondo. Una idea perfectamente importable a Asturias.

Miguel Trevín, empresario hostelero pionero del turismo rural en Santa Eulalia de Oscos no tiene dudas a la hora de afirmarlo: «nuestra fuerza no está en el sol y playa, es evidente que no somos la Costa del Sol, pero en cuanto a territorio natural estamos en la cima y deberíamos enfocarnos por ahí. Los madrileños vienen a visitarnos porque ya no saben lo que es un pueblo». Trevín practica con su ejemplo a la hora de plantear que el hostelero ha de implicarse en el entorno, ya que cuando abrió su negocio apenas se conocía esta zona incluso dentro de Asturias. Pero el caso de Los Oscos es un ejemplo de cómo el turismo rural puede cambiar un territorio o al menos la percepción que se tiene de él: «con el tiempo y gracias al auge del sector hostelero la gente pasó de casi esconder que era de esta zona a decir con orgullo ‘soy de Los Oscos’. Y todo esto combinado con otra cosa muy interesante, que es que se conservó el paisaje y las tradiciones locales».

El problema de la oferta y la demanda

Con casi 1.500 alojamientos registrados y un evidente descenso de la demanda por la crisis económica, el sector se ha visto afectado negativamente; es difícil mantener las cifras de ocupación, aún cuando se han reducido enormemente los precios. Como otros colegas de profesión, Miguel Trevín plantea que, para aguantar el tirón, el empresario rural ha de especializarse. «Cada uno ha de ver lo que le diferencia de los demás, puedes especializarte en aspectos concretos como el turismo familiar, con niños, o el turismo con perros…».
Entre los problemas más acuciantes del sector se encuentra la estacionalización. Los datos de pernoctación de julio y agosto pueden maquillar la dureza de la crisis, pero las cuentas no salen cuando se hace balance del año. Severino García, empresario de agroturismo en la Comarca de la Sidra, es contundente: por mucho que las estadísticas digan lo contrario, ni siquiera el verano ha sido bueno. «Mi experiencia personal es que ha sido el mes de julio más bajo de todos los años. Hemos mantenido la ocupación gracias a un incremento brutal de turistas extranjeros, pero este tipo de clientes no viene en temporada baja». García es también de los pioneros y entiende el turismo rural como una forma de vender sus productos y actividades. Desde que abrió una casa tradicional asturiana en Villaviciosa, en 1991, se ha dedicado a compartir la experiencia de vivir en el campo con sus clientes. «La tendencia es ofrecer algo distinto, porque el propio alojamiento ya no es motivo suficiente para el desplazamiento». El empresario maliayo lo consigue invitando a los huéspedes a participar en algunas de las actividades de su ecogranja, a través del cultivo ecológico o el aprendizaje de la alfarería; mientras, los niños disfrutan especialmente relacionándose con razas autóctonas como ponis asturcones y oveyas xaldas.
Hay que llamar la atención, con curiosidades como por ejemplo, vivaquear en un hórreo. «Se trata de utilizar los recursos que tenemos», argumenta Severino. «En Suiza, que además de un paraíso fiscal es un país con 250 granjas, la oferta innovadora es dormir en un pajar. Y al día siguiente te enseñan las instalaciones y te dan a probar los productos de la granja. Pues bien, eso en Asturias también se puede hacer».

Surfista
Surfista /Foto: TurismoAsturias-Roberto Tolín

Las dos redes

Tras varios años gestionando Paradores en España, el empresario Jesús Mier reabrió a principios de 2014 un alojamiento emblemático en Taramundi, que él mismo había regentado ya antes. Muchas cosas han cambiado en este tiempo, como la irrupción de las nuevas tecnologías en la gestión turística, imprescindibles a la hora de obtener buenos resultados. Como empresario, Mier es consciente de la importancia de estar presente en las redes sociales: «Es fundamental, pero como yo soy de otra generación y tengo que atender otras labores, es una parte que encargo a una empresa especializada». El marketing digital, la reputación en redes sociales y la gestión de imagen online son ya herramientas fundamentales para conseguir reservas. Es raro el huesped que previamente no ha buscado opiniones de otros clientes en internet, o que no ha dedicado un tiempo a comparar opciones y precios antes de contratar un alojamiento.

La gastronomía puede ser un buen elemento diferenciador para el turismo rural y un recurso de gran interés para la desestacionalización. Trabajar en red con establecimientos restauradores permite gestionar destinos turísticos.

Más allá de lo virtual, para centrar y estructurar una oferta competitiva es fundamental trabajar en red con otros servicios del territorio. «Lo que se valora es el conjunto de la estancia, por eso nosotros ofrecemos paquetes turísticos, de forma que mediante excursiones la gente pueda conocer Taramundi y la Mariña lucense. Se trata de hacer algo variado y atractivo», explica Mier. El maridaje con la gastronomía es una parte fundamental y por eso los hoteleros suelen contar con una red de establecimientos hosteleros de confianza para recomendar. «El que hoy por hoy intente gestionar exclusivamente su establecimiento va a luchar contra molinos de viento. Lo que hay que hacer es gestionar destinos turísticos, y para eso es importantísimo mantener una relación estrecha con otros empresarios».
El empresario, natural de Gozón, es de los pocos que creen observar signos de recuperación en el sector. «Los siete años que estuve en Paradores viví la recesión muy fuertemente: en 2012 la caída fue en picado, pero ahora en 2014 parece que algo está mejorando. No llegamos a las cifras anteriores a la crisis, pero se observa un cambio de tendencia»

Asturias convence a los extranjerosEl verano de 2014 no ha dejado malas noticias para el turismo en Asturias, las cifras invitan tímidamente al optimismo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística entre los meses de julio y agosto alrededor de 676.370 personas visitaron la región, un 5,3% más que en el mismo periodo de 2013. Y en gran medida, ha sido posible gracias a la visita de un mayor número de turistas no nacionales que han llegado a cubrir un 16 % del turismo estival, remontando así los datos negativos conseguidos en 2013, que situaban a Asturias como la comunidad de la franja cantábrica con peores resultados en visitantes internacionales.
El mercado francés es que el mejores aportaciones ha hecho al turismo regional, gracias en parte a la autopista del mar. El británico es el segundo en número de visitas y pernoctaciones, pero también es importante el número de alemanes y americanos que se acercan hasta el Principado.
Y si es de gran importancia conseguir que visiten la región aún lo es más que se despidan de ella con ganas de repetir la visita. Según el IET (Instituto de Estudios Turísticos), esto es lo que ocurre con los que vienen a Asturias. En febrero de 2014 el Principado era la comunidad autónoma que recibía la calificación más alta en cuanto a grado de satisfacción en la visita.

Pinche aquí para ver el artículo relacionado: Asociación de Guías Turísticos de Asturias. Rosa Fdez. Menendez, relaciones públicas y guía turística

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