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jueves 28, marzo 2024

María José Domínguez. Geóloga. La huella de los argayos costeros

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La influencia de los deslizamientos en Asturias, donde se les conoce como argayos, determina el paisaje, pero también la seguridad de los ciudadanos. Los argayos más desconocidos son los que se producen en la costa, por ello de aquí a 2020 el proyecto COSINES busca determinar su origen para poder alertar sobre ellos.

Aunque COSINES suene muy asturiano, el nombre proviene de Costal Inestability (Inestabilidad de la Costa), y cuyo epígrafe completo es ‘Inestabilidad de laderas como indicador del retroceso de la costa cantábrica’. El equipo que está desarrollando el proyecto es multidisciplinar y consta de dieciséis investigadores, comandados por Montserrat Jiménez Sánchez y Mª José Domínguez Cuesta, geólogas de la Universidad de Oviedo y especialistas en geodinámica externa. Esta última detalla los objetivos que pretenden lograr:

-¿Cómo surge este proyecto de estudio de los argayos en la costa de Asturias?
-Llevamos desde los años 90 estudiando los riesgos geológicos, las inestabilidades de ladera, los argayos… Hice mi tesis en la cuenca del Nalón, donde hay una concentración de argayos enorme. Ahí empezamos con este tema y desde entonces hemos seguido avanzando en el estudio. Recientemente, de los años 2013 a 2017, Pablo Valenzuela Mendizábal hizo otra tesis doctoral, que dirigí yo en solitario. Fue cuando creamos la base de datos de argayos para toda Asturias y su tesis se basó en el estudio de esos datos. A raíz de eso salió una web y una app y tenemos registrados más de dos mil doscientos argayos en toda Asturias.

«A la hora de construir hay zonificación sísmica y zonificación de inundaciones, pero no se tienen en cuenta los argayos, que son tan habituales aquí en Asturias»

-Ello les ha permitido acceder a gran cantidad de datos…
-Sí, eso ya es una masa crítica lo suficientemente robusta para sacar conclusiones, y todo en relación con las lluvias, que era lo que más nos interesaba. Por el conocimiento adquirido en todos los años previos el dónde ya lo podíamos suponer, por el tipo de rocas y cómo se estructuran. Pero el cuándo es lo realmente difícil, por eso es interesante tener muchos argayos, para poderlos asociar con las lluvias. No solo es cuánto llueve sino cómo llueve, cuánto ha llovido los días previos, si son días secos o de lluvia, si ha llovido pocos o muchos días… Y la base de datos nos servía para eso, para según la fecha en que se produjo, analizar la lluvia precedente y sacar conclusiones. Entonces todo este bagaje previo nos ha permitido determinar que en la costa tenemos también muchos argayos. Así que el siguiente reto era saber si los de la costa tienen relación con las lluvias, como el resto de los argayos de Asturias, o están más relacionados con los temporales marítimos. Y también conocer cuánto repercute en el retroceso de los acantilados y de la costa, si es un proceso lento o rápido…
-¿En qué lugares del litoral se centrará el estudio?
-Si tenemos en cuenta todos los entrantes y salientes, hay seiscientos kilómetros de costa asturiana, aunque en línea recta son doscientos. Como no podemos hacer un estudio global, hemos elegido tres zonas representativas. En el occidente, diez kilómetros en la zona de Luarca, desde la villa hasta el Cabo Busto, y dentro de esa zona vamos a hacer un estudio más específico en unos acantilados al lado del instituto de Luarca, que son trescientos metros. Hay en ellos una problemática muy variada, unas pizarras que se están desprendiendo en una zona y luego unos bloques de cuarcitas muy grandes que queremos ver cuánto se mueven. En el centro veremos la zona de Cabo Peñas, de casi treinta y siete kilómetros, donde estudiaremos en detalle un acantilado en San Martín de Podes. Y en el oriente, desde la Playa España hasta Tazones, y más en detalle estamos justamente al lado del faro de Tazones, donde en febrero empezaron a salir unas grietas enormes y se está deslizando todo el acantilado hasta abajo.

«El reto es saber si los argayos de la costa tienen relación con las lluvias, como el resto de los argayos de Asturias, o están más relacionados con los temporales marítimos»

-Dado que las lluvias influyen en los argayos, supongo que estarán en coordinación con la AEMET para esto…
-Sí, en COSINES participamos dieciséis investigadores, y aparte del departamento de Geología, está un Doctor en Meteorología de la AEMET, un investigador del Instituto Geográfico Nacional y una investigadora del Instituto Geológico de España. Y además hay gente de universidades extranjeras, de la Universidad de Lisboa, de la Universidad del Servicio Geológico de Canadá, universidades de Brasil… Un equipo multidisciplinar que garantiza que la consecución de los objetivos va a llegar.
-¿Se puede hacer prevención de argayos, dado que los de la costa suelen estar sobre las playas? Con respecto al turismo, necesitamos saber si ciertas playas son seguras.
-Lo que siempre decimos los geólogos es que las montañas son cosas vivas y los acantilados están muy vivos, no hay más que ver el pie de los acantilados. Eso nos está indicando que es activo a escala geológica, lo cual incluye la escala humana. En la Facultad se hacen muchas excursiones con alumnos a los acantilados para recabar datos y siempre vamos con casco porque sabemos que las piedras caen y es peligroso. Así que de cara a la peligrosidad, a una playa que esté debajo de un acantilado hay que ir con mucho cuidado, aunque hayan puesto una malla.

Argayo en la playa de Torbas
Foto: Fusión Asturias

-¿En qué época del año se suelen registrar más argayos?
-Tanto en la costa como en el interior, en general se concentran en los meses de invierno, de noviembre a abril, que también es cuando más llueve. Luego hay excepciones, como el verano de este año o en junio de 2010, que hubo muchas inundaciones y argayos. La base de datos abarca de 1980 a 2016. La asociación con las precipitaciones es inequívoca.
-Al parecer no existe ningún plan de prevención de estos fenómenos…
-Con la base de datos nuestra aspiración es llegar a dar una alerta temprana e igual que sucede con los avisos de incendio, una alerta no significa que se vaya a incendiar toda Asturias, sino que es un momento muy proclive a que se desencadene.
-Se habla mucho sobre el cambio climático y el retroceso de las playas. ¿Qué importancia tiene el que se estudie el retroceso en particular de los acantilados?
-Tiene importancia desde muchos puntos de vista. Estamos en un contexto en teoría de calentamiento global -y digo en teoría porque hay bastantes evidencias que apuntan a eso, pero tampoco hay un acuerdo total de que eso sea así-, pero sí que parece que en ese contexto va a haber un aumento del nivel del mar. Y entonces es posible que acantilados que ahora son estables o que no están en contacto directo con el oleaje, pasen a estar sometidos a él. Entonces desde el punto de vista del riesgo es importante tener datos de qué está pasando y a qué velocidad, cosas que hasta ahora no se saben. Y luego por otro lado, que a mí me parece lo más interesante desde el punto de vista aplicado, se está invirtiendo en obras en la zona de costa, como por ejemplo en la Playa de Peñarrubia en Gijón o en Represas en Tapia, y con este estudio se sabría hasta qué punto está justificado arreglar la vía que pasa justo por un punto, o habría que retraerla más atrás porque aquello se va a acabar cayendo de todas maneras. Esperamos que este estudio sirva para cuantificar esas velocidades de retroceso y decidir dónde y cómo invertir.

«Parece que va a haber un aumento del nivel del mar. Y entonces es posible que acantilados que ahora son estables o que no están en contacto directo con el oleaje, pasen a estar sometidos a él»

-Igual que se aplican normativas de cálculo sismorresistente para la construcción, o el sistema hidrográfico señala las zonas inundables, en un futuro también se aplicaría esto en zonas con riesgo de argayos…
-Has puesto muy buenos ejemplos. Hay zonificación sísmica, zonificación de inundaciones, pero no se tienen en cuenta los argayos que son tan habituales en Asturias, como estamos viendo todos los días en la prensa. Tenemos el ejemplo de La Cortina (Lena), en el que desaparecieron varias viviendas o el de Cangas del Narcea, que bloqueó la carretera con Ibias.
-La costa asturiana está levantándose, ¿qué movimientos tectónicos están actuando?
-De lo que hay evidencia es de que se ha levantado, de si lo sigue haciendo o no, no tenemos la certeza. Hay indicios que apuntan a eso y entre ellos los de mis compañeros que estudian la falla de Ventaniella y la sismicidad asociada. Pero no es un levantamiento general de toda la costa, porque esas fallas compartimentan el terreno y hacen que no sea homogéneo.

Ciencia ciudadanaLos dispositivos móviles android pueden descargar la app BAPA, que permite recabar datos sobre argayos en todo el territorio del Principado. Su funcionamiento es muy sencillo: una vez visto un argayo, se hace una foto, la aplicación recoge las coordenadas del lugar y a continuación se rellena un formulario que solicita la fecha, una referencia del lugar y el correo electrónico de la persona que lo envía. «Esto nos viene muy bien para zonas donde la prensa no llega, que es nuestra gran fuente de información -indica Mª José Domínguez-. Lugares como el monte, donde los montañeros y los guardas forestales utilizan bastante esta aplicación para enviarnos información». Pronto sacarán la aplicación para los IPhone pero también se puede informar a través de la web:
https://geol00.geol.uniovi.es/BAPA/Envio.html
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