7.6 C
Oviedo
viernes 29, marzo 2024

Asturias, a dos velas

Lo más leído

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Comienza el año con el mal trago de la subida eléctrica, el ya conocido como «tarifazo» que en el momento de escribir estas líneas no ha concretado porcentaje, gracias a que Gobierno y eléctricas pasan los días en una maraña de acusaciones y reproches, donde lo de menos parece el ciudadano y lo de más los intereses de cada parte.

En los últimos diez años el precio de la electricidad ha subido un 80% y ocupa el dudoso honor de ser el tercer país más caro de la Unión Europea. Un dato de por sí llamativo, pero que unido a la brutal caída del poder adquisitivo de las familias nos ha ido acostumbrando a convivir con el concepto de pobreza energética, es decir, la dificultad o imposibilidad de pagar la energía suficiente para satisfacer las necesidades domésticas. Varias encuestas calculan que el 10% de la población española sufre de este tipo de pobreza, unos cuatro millones de ciudadanos que tienen dificultades para encender la calefacción en invierno o para disponer de agua caliente. En 2013 aproximadamente 1,4 millones de viviendas sufrieron un corte de luz por impago. Algo que se podría evitar aprobando una proposición de ley apoyada por toda la oposición a la que el Gobierno no quiso dar luz verde. Es decir, que quien debería proteger a los ciudadanos ha decidido favorecer a cambio a las grandes empresas, como bien se ha visto con otras medidas como retirar las subvenciones a las energías renovables o penalizando el autoconsumo mediante una tasa a las placas solares.

Aunque no todas las empresas parecen tener la misma consideración que las eléctricas a la hora de defender sus intereses. En Asturias, el Consejero de Economía y Empleo, Graciano Torre, se ha sumado a las voces de alerta sobre las consecuencias del altísimo precio de la energía para las empresas asturianas. Es imposible hacer una planificación empresarial cuando los costes pueden variar de forma tan decisiva. Mucho se habla de la importancia de la internacionalización, pero es difícil entrar en el mercado exterior cuando los costes de producción son sustancialmente más altos que los de tus competidores. Los grandes consumidores de energía tienen en Asturias nombres evidentes: Alcoa, Arcelor, Asturiana de Zinc. Y amenazan con cerrar sus fábricas en la región esgrimiendo sus facturas de luz, lo que sería una catástrofe de dimensiones históricas.

Así las cosas, y sin obviar las prácticas de puertas giratorias que se demuestran mirando el plantel de ex altos cargos políticos en los consejos de administración de las empresas implicadas, queremos pensar que hay una explicación a todo esto. Seguro que la hay. Pero será técnica, sesuda e incomprensible. Desde luego al común de los mortales se le escapa cómo se puede hablar de un déficit tarifario de 3.000 millones de euros, mientras a las eléctricas se les calculan unos beneficios de 21.600 millones desde que se inició la crisis económica, allá por el 2008.

A nivel regional, tampoco se entiende mucho que el Gobierno del Principado, con todo lo que tenemos encima, no haya conseguido aprobar unos presupuestos, imposibilitando así las inversiones. Para todas las partes implicadas debería haber sido un ejercicio de responsabilidad alcanzar un acuerdo, dejando de lado intereses partidistas siquiera una sola vez. Pero nuestros políticos no nos han acostumbrado a semejantes arranques de sensatez, así que no debería sorprendernos este resultado. El lujo de mantener unos presupuestos prorrogados va a pasar un alto precio para la economía asturiana, ya renqueante, y afecta directamente a la imagen exterior, dando todavía más sensación de inestabilidad.

Ante eso, a los ciudadanos nos queda lo de siempre: aguantar el tipo. Y pelear, como llevamos haciendo desde que llegaron los problemas, para sacar las cosas adelante. Por eso no se entienden zancadillas gratuitas, que responden claramente a los intereses de unas élites que, ya se sabe, no miran para el mismo lado que el resto de los mortales. Viendo que ellos no nos van a sacar del bache, lo menos que se puede pedir es que nos dejen hacer a los demás.

Así que, para este año que empieza, una sola petición: el que no ayude, que al menos no moleste. Como poco.

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Más del autor /a

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimos artículos