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viernes 29, marzo 2024

En invierno, mucho que hacer

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‘Xineru nevosu, febreru xelosu, marzo ventosu y abril lluviosu facen un mayu floríu y hermosu’.

Las perspectivas meteorológicas de aquí en muchas semanas no van a dar tregua. Lo normal, en un invierno como está mandado, al margen de lo que dicte el cambio climático. Pero haciendo nuestro el dicho que manda que «al mal tiempo, buena cara» los asturianos no somos de quedarnos en casa. ¿Nieve, hielo, viento y lluvia? En Asturias estamos preparados para lidiar con lo que venga. Con el agua convivimos todo el año, de modo que no nos impide hacer vida fuera de casa. Para el frío, nos abrigamos. A la nieve le sacamos partido. Y si el hielo o el viento nos complican mucho las cosas, tenemos una buena oferta de actividades de interior. No hay problema.
Como Asturias no se apoya en el turismo de sol y playa, ya tiene parte del camino hecho. Sabemos que aquí hay que sacarle partido a los recursos disponibles, con independencia de la climatología. Eso quiere decir que el invierno es una estación tan buena como cualquier otra para continuar promocionando nuestra tierra. Los precios de la hostelería en temporada baja animan a los visitantes y la oferta cultural, museística y deportiva debe seguir cumpliendo su papel de reclamo, con propuestas asequibles y de calidad.
Y los asturianos debemos predicar con el ejemplo. ¿Cómo? Simplemente saliendo de casa.
Caminando, aunque haya que llevar el paraguas colgando del brazo. Las rutas costeras son una opción excelente para disfrutar del espectáculo inigualable de un Cantábrico invernal, y si el tiempo está muy revuelto, embravecido. Las vistas invernales desde Cabo Peñas o Cabo Vidio son inolvidables. Por el interior, existen en todos los concejos rutas asequibles y otras más complejas, para caminantes que deseen ponerse a prueba. Otra opción es aprovechar la nieve de las mil maneras posibles: con esquís, boards, raquetas, trineos… o simplemente unos buenos guantes para disfrutar jugando con ella.
Acudiendo a eventos. Si el tiempo está definitivamente malo y hay que guarecerse, es hora de aprovechar los buenos precios de las actividades culturales, que cuentan incluso con tarjetas de descuento. Las distintas programaciones cubren un abanico amplio de demanda.
Visitando museos, que no son pocos, y que ofrecen planes distintos según la necesidad. Si hay que organizar una jornada con niños, hay opciones divertidas y a la vez didácticas: dinosaurios, peces, minas restauradas. También, visitas culturales de alto nivel para ampliar nuestros conocimientos de arte. Tenemos una de las pinacotecas más relevantes del norte de España y en cuanto a la arquitectura, siempre sorprende nuestra fabulosa herencia del prerrománico. Y hay que sumar la multitud de museos etnográficos, aulas didácticas, centros de interpretación, ecomuseos, centros de recepción de visitantes… Lugares donde podemos conocer más sobre el vino, el queso, la miel, el ferrocarril, el oro, los dinosaurios, la minería, la prehistoria, el arte rupestre, los hórreos, la siderurgia, la creación industrial… Por variedad que no quede.
Degustando con tranquilidad una buena mesa servida con productos de aquí. Es una excelente manera de hacer de profetas en nuestra tierra, saboreando lo mejor que tenemos, sintiéndonos orgullosos de las denominaciones de origen que certifican la calidad de nuestros productos. Participando en las jornadas gastronómicas que se organizan los fines de semana en diferentes concejos. Visitando lugares tradicionales, como queserías o lagares.
Paseando, sin más, por cualquiera de nuestras ciudades, que en invierno ofrecen una cara más íntima. Disfrutando de una Asturias fría y posiblemente lluviosa, pero siempre auténtica.

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