Todos pensionistas

Hace varios meses que miles de ciudadanos, la mayor parte pensionistas, se manifiestan a lo largo y ancho del país contra el empobrecimiento de las pensiones. Exigen unas pensiones dignas que les permitan a llegar a fin de mes, que se revaloricen para mantener el poder adquisitivo y no se privaticen en favor de bancos y aseguradoras.
Lo exigen porque ellos han colaborado con su esfuerzo y solidaridad a la creación de este fondo.
Les escuchamos decir en los medios que toman la calle para luchar no solo por sus derechos sino por los de sus hijos y nietos que a este paso, ‘acabarán viviendo de la caridad’. Con su gesto han conseguido convertirlo en una reivindicación intergeneracional, por eso a estas movilizaciones se suma gente de todas las edades y de distintos colectivos.
Desbordan energía, la misma que esgrimieron en su día para conseguir muchos de los derechos que hoy disfrutamos en tema de educación, bienestar, libertad de expresión o derecho de huelga, curiosamente todo lo que ahora se está recortando. Son ellos también los que a base de ahorros y sacrificio, consiguieron dar estudios universitarios a sus hijos (nosotros). Son una generación de luchadores, por eso tienen claro que van a «seguir en la calle hasta que Rajoy dé marcha atrás a su reforma de las pensiones». No admiten la callada por respuesta como viene siendo habitual. No les valen los números, los gráficos, ni las estadísticas. Porque son ante todo personas con derechos, con nombres y apellidos, con dignidad y familias. Y ahí, estamos todos implicados. ¿No se merecen una vida mejor?