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viernes 29, marzo 2024

Impulsando la mediación. Marta Antuña Egocheaga. Abogada

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Utiliza la intuición, la sensibilidad, la empatía, los silencios, la escucha, la comunicación para llegar a las partes en conflicto y facilitar que los acuerdos emerjan. Deja a un lado su faceta de abogada, se viste de hada madrina y se transforma en mediadora. Una estrategia de resolución de conflictos, muy utilizada en otras comunidades autónomas, que se abre paso en Asturias como alternativa al procedimiento judicial.


Esta gijonesa es una apasionada de la mediación y aprovecha cualquier circunstancia para hablar de sus bondades: «existe otra vía más rápida y económica para solucionar los conflictos y eso debe conocerse». A ello entrega gran parte de su energía. Es autora del libro La mediación hoy (Ediciones Paraninfo) y también formadora de mediadores.

-¿Cómo explicar las ventajas de la mediación a una sociedad que tiene tan inculcada la cultura del litigio?
-Para que esto llegue a conocimiento del público en general sería necesaria la implicación de los organismos públicos, de las corporaciones de profesionales y también trabajar en el ámbito escolar, porque si hay educación hay cambios y las ventajas de la mediación se experimentan cuando se prueban. ¿Ventajas? Todas. Es un mecanismo muy útil para satisfacer las necesidades de la persona, no sólo a nivel material sino también emocional. Porque uno se hace dueño de su conflicto, se responsabiliza de ello e intenta solucionarlo. Y ése es un paso muy importante porque estamos acostumbrados a que las cuestiones nos las resuelvan otros, en este caso un organismo estatal en el que se delegan todas las responsabilidades.

«El mediador es un tercero neutral, imparcial que ayuda a las personas a dialogar. Es un facilitador de la comunicación interpersonal y de la negociación»

-La juez decana de Oviedo apuesta por la mediación y afirma que esta alternativa ayudaría a descongestionar los juzgados. También señala que existen ciertas reticencias entre los profesionales del Derecho.
-El fin último de la mediación no debería ser judicial porque eliminaría lo primordial, el factor humano. Aunque es cierta esa apreciación que hace la juez y estoy de acuerdo con ella.
En cuanto a las reticencias, me gustaría señalar que la mediación no supone restar trabajo a los abogados, ya que la gente necesita de cualquier manera asesoramiento, representación y alguien que vele porque el contenido jurídico del acuerdo final sea viable. Esa parte nunca la podría hacer el mediador.
-¿En qué consiste su labor como mediadora?
-El mediador es un tercero neutral, imparcial, que ayuda a las personas a dialogar. Es un facilitador de la comunicación interpersonal y de la negociación. A través de una serie de técnicas ayuda al entendimiento, a la gestión de los conflictos y las emociones entre las partes. No decide, ni propone, ni evalúa. Son las partes las que encuentran las soluciones.
-Basándose en su experiencia, ¿cuál cree que es la clave para que una mediación cuaje y convenza a las partes?
-Una parte muy importante del éxito se apoya en la habilidad del mediador para desbloquear la situación de conflicto, conseguir que se hablen las cosas y cambiar la forma de ver el problema. Por eso es importante que esté bien formado, con un amplio conocimiento de la mediación y una ética intachable, y que sea eficaz. Unas veces es posible conseguir acuerdos, otras no, pero puede quedar abierta una puerta para que al cabo de unos meses -por ejemplo-, se consigan otros acuerdos que no eran el objetivo inicial. A éstos los considero casos de éxito.

«La mediación en Asturias está empezando. En otras comunidades, donde esta práctica está más arraigada, se están obteniendo buenos resultados»

-Tiene que ser un arte el crear ese espacio de neutralidad para llevar a cabo la mediación…
-Sí, es un arte más que una técnica porque precisa de muchos ingredientes como la percepción, la sensibilidad, la paciencia, saber manejar los silencios…
-¿Qué fue lo que le impulsó a formarse como mediadora?
-Lo que me atrajo fue el elemento humano. Ejerzo como abogada y también como mediadora, y son dos parcelas de mi vida que tengo muy bien diferenciadas. Por un lado el mundo técnico-jurídico es muy árido y frío, en un juzgado no puedes hablar de emociones. En cambio en la mediación todo gira en torno a las personas, la comunicación, el entendimiento. En Asturias es algo que está empezando pero creo que va a ir cogiendo velocidad. Me ha alegrado mucho conocer el interés y el esfuerzo que está realizando en este sentido la juez decana de Oviedo. También es bueno saber que en otras comunidades -Cataluña, Valencia, Madrid-, donde esta práctica está más arraigada, se están obteniendo buenos resultados.
-¿Qué aporta a su trabajo el hecho de ser mujer?
-En el terreno laboral las mujeres a veces nos sentimos como fuera de juego porque nos han obligado a comportarnos y a sentir como los hombres, cuando es mentira porque no lo vivimos así y esto nos ha hecho mucho daño. Somos muy diferentes y eso es precisamente lo que hay que reconocer, valorar y ensalzar como un gran potencial en el mundo laboral y profesional. Valores y cualidades femeninas como la sensibilidad, la comprensión, la empatía, la intuición, cercenadas en el mundo laboral y especialmente en el judicial en el que me muevo, son esenciales en la mediación. Esto es algo novedoso que me atrae mucho de esta profesión.

«Valores y cualidades femeninas como la sensibilidad, la comprensión, la empatía, la intuición, que han sido cercenadas en el mundo laboral y especialmente en el judicial en el que me muevo, son esenciales en la mediación»

-¿Qué asuntos son susceptibles de mediación?
-Asuntos familiares que son quizá los más complicados por la carga emocional que implican, civiles y mercantiles. En este último terreno, la mediación es muy solicitada por las empresas para solucionar sus problemas, ya que acabar en un juzgado afecta a su imagen de cara a clientes, proveedores o fusiones, además de que les supone mucho dinero y también tiempo. En cambio la mediación permite solucionar los conflictos de forma más rápida, ahorrando costes y con la garantía de la confidencialidad. Por ejemplo, Holanda está viviendo un boom en este terreno.
-¿Cree que si dialogásemos más tendríamos menos problemas?
-Por supuesto. Muchos problemas son originados por la falta de diálogo, si a ello se añade la escucha, al final las posturas se acercan. Para llegar a esto de forma natural es muy importante la educación. En este momento se está implantando la mediación en algunos colegios. Forman a los niños y se establece la figura del mediador cada mes. Ellos son los encargados de actuar cuando haya un conflicto o una pelea y llegar a un acercamiento. Estos futuros mayores van a saber lo que es la mediación porque la han vivido, y la van a valorar más.

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