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viernes 29, marzo 2024

En la brecha de la investigación. Pedro Barbillo. Fundación para la Investigación con Células Madre Uterinas (FICEMU)

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Hace pocos meses un grupo de investigación asentado en Gijón sorprendió al mundo científico con una esperanzadora noticia: la posibilidad de combatir enfermedades crónicas y degenerativas de gran impacto social como el Alzheimer o la diabetes a través de las denominadas células madre uterinas.
Detrás de esta noticia se halla FICEMU la Fundación para la Investigación con Células Madre Uterinas, que está apoyando la labor del grupo investigador que encabezan Francisco Vizoso y Carlos Rodríguez. Al frente de la Fundación se halla Pedro Barbillo, también presidente de ACCU-Asturias.

Con el lema “el mayor fracaso sería no intentarlo” la Fundación FICEMU aborda este proyecto investigador. La Fundación es una entidad sin ánimo de lucro que desarrolla su actividad en el territorio español y tiene su sede en Gijón. Está constituida por “cinco asociaciones de enfermos y por ciudadanos responsables solidarios”, así es como denomina Pedro Barbillo a todos aquellos que forman el Patronato, entidades y personas que se han comprometido con una investigación que aporta una gran esperanza para muchos colectivos de enfermos.

-¿Cómo surge la Fundación?
-Yo represento a la Asociación de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de Asturias. Teníamos relación con uno de los investigadores, el doctor Francisco Vizoso, quien nos hizo partícipes del descubrimiento de unas células que tenían un potencial muy importante para curar enfermedades. Fuimos a verlo al laboratorio, nos las enseñaron y nos explicaron que, aunque aún queda mucho camino por recorrer, había en ciernes algo muy importante para hacer frente a enfermedades crónicas y degenerativas como la artritis reumatoide, el Alzheimer, el Parkinson, la enfermedad de Crohn, la esclerosis múltiple, etc.

-¿Qué ocurrió cuando se hizo público el descubrimiento?
-Se presentó a toda la comunidad científica asturiana, pero como por parte de las administraciones no se recibió la respuesta que se merecía surgió un movimiento ciudadano de apoyo. Se creó una plataforma en la que participaron asociaciones de enfermos, y con el tiempo nos convertimos en Fundación, básicamente porque esa fórmula nos da más rigor al estar bajo un protectorado que dirige el Ministerio. Desde esa perspectiva está todo mucho más higienizado de cara a aquellas personas que quieran participar.

-Desde su creación como Fundación se han encontrado con muchas dificultades.
-Sí, hay mucha gente que nos ha criticado sin saber, sin conocer de qué se está hablando. Las puertas del laboratorio siempre han estado abiertas para quien ha querido conocer el proyecto. El precio de esas críticas ha sido que todo este proceso esté siendo un poco menos ágil.
La Fundación cuenta con un comité científico asesor, formado por profesionales de reconocido prestigio, tanto a nivel nacional como internacional. A pesar de eso, durante un tiempo nos han llamado charlatanes y generadores de expectativas falsas, hasta que finalmente en el número de julio-agosto de la revista científica internacional In Vivo salió publicado el descubrimiento. Ahí realmente confirmamos que todo este movimiento que ha surgido no ha sido en balde y, que existe ahora mismo un aval científico internacional.

“En el número de julio-agosto de la revista científica internacional In Vivo salió publicado el descubrimiento. Ahí realmente confirmamos que todo este movimiento que ha surgido no ha sido en balde”

-¿Resulta difícil dar a conocer la veracidad de una investigación?
-Normalmente, cuando haces un descubrimiento esperas a que se edite en una publicación científica antes de presentarlo públicamente. Pero aquí jugábamos con un hándicap: el problema del tiempo, en el sentido de que una de las empresas que colaboró con Projech en el tema de la investigación atravesaba problemas de liquidez. Como las publicaciones científicas, si no tienes determinados contactos, pueden retrasarse mucho tiempo, decidimos hacer primero una presentación pública e invitar a nuestro laboratorio a cualquier persona que quisiera venir a conocerlo. De hecho eso precisamente fue lo que hizo el doctor Roberto Montesano, toda una eminencia mundial en temas de biología celular, que fue catedrático de la Universidad de Ginebra y tiene publicaciones científicas en las revistas más prestigiosas del ámbito científico. Conoció nuestro trabajo por internet, se presentó en el laboratorio y quedó impresionado. No había visto jamás en su vida de investigador algo tan importante como estas células. Ahora forma parte del comité científico de la Fundación.

-¿Cómo se presenta ahora el futuro de este trabajo?
-El futuro es esperanzador. Creemos que en un corto plazo de tiempo tendremos respuesta, si no desde el punto de vista de la participación pública, sí desde la participación privada. Es más, hay gobiernos de otras comunidades autónomas que se han acercado a nosotros interesándose en el tema. Los científicos quieren desarrollarlo en Asturias, pero si siguen los impedimentos no quedará otra que trasladarse.
Además nos acaban de conceder el premio Top 10 de Redacción Médica, -una revista de la editorial Sanitaria 2000- al Centro Investigador de Referencia, para el que competíamos con el Centro de Investigación de Valencia, Príncipe Felipe, con el Carlos III, con la élite nacional.
Ahora mismo se está viendo el gran trabajo que hemos desarrollado. Todas esas pequeñas semillas que hemos ido sembrando parece que poco a poco están floreciendo. Esperemos recibir el empujón definitivo para poner en marcha y a buen ritmo las investigaciones.

“La obtención de la materia prima no es un obstáculo económico: con una simple citología ya se obtiene materia suficiente para crear una terapia celular”

-¿Qué tiempo se podría tardar en disponer de medicación si todo fuera como espera la Fundación?
-Con los recursos económicos necesarios, en cuatro años se podrían sacar fármacos. La empresa biotecnológica Projech, en colaboración con la Unidad de Investigación de la Fundación Hospital de Jove, ha empezado los ensayos preclínicos de la Esclerosis Lateral Amiotrófica y se están preparando los del Lupus Eritematoso Sistémico, la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, la psoriasis, la enfermedad de Parkinson, la Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa, el pie diabético y degeneración macular, la mucopolisacaridosis y las distrofias musculares.
Afortunadamente, la obtención de la materia prima no es un obstáculo económico porque en este caso con una simple citología ya se obtiene materia suficiente para crear una terapia celular. Es algo muy sencillo, en contraposición a otras células madre que sí son costosas porque para obtenerlas se utilizan sistemas abrasivos y bruscos como son operaciones, liposucciones o punciones lumbares.

-¿Qué repercusiones puede tener una investigación como ésta en el lugar donde se desarrolle?
-El sitio donde se desarrolle va a ser una referencia mundial porque ésta es una investigación que salta fronteras, no hay ninguna parte del mundo que esté libre de las enfermedades para las que está destinada.
El nombre de la Fundación ya está recorriendo el mundo, nuestra página web tiene visitas desde todas partes. Esto ya está en los medios de comunicación nacionales y saldrá en muchos otros.

El descubrimiento

Hace aproximadamente un año, en el laboratorio de la Fundación Hospital de Jove, el equipo investigador formado por los doctores Francisco Vizoso, Carlos Rodríguez y un grupo de científicos, dio un gran paso al conseguir hallar y aislar células madre. El hecho de que las mujeres embarazadas estuviesen protegidas por su sistema inmunológico ante las enfermedades autoinmunes fue la clave para que los investigadores dirigiesen su atención hacia las HAMPs, células madre del miometrio, también conocidas como células madre uterinas.
Para los responsables del proyecto, la capacidad regenerativa atribuida a dichas células es la indicada para poder desarrollar terapias celulares que combatan enfermedades crónicas, autoinmunes o degenerativas, algunas de las cuales no tienen cura en la actualidad. El descubrimiento es un camino abierto para la esperanza de aquejados por enfermedades de gran afectación social, como el Parkinson, la esclerosis múltiple, la diabetes o el Alzheimer.
La obtención de dichas células se obtiene mediante procedimientos tan sencillos como una citología de mujeres en edad fértil, lo cual ofrece más posibilidades de investigación al no plantear ningún problema ético. Además, los investigadores subrayan que este tipo de células permite la producción de gran cantidad de tejido y a diferencia de las células madres embrionarias no producen tumores después de ser trasplantadas.
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