A la receta que hoy os proponemos le añadió grosellas, pues le dan un pequeño toque dulce y le va genial. Además de que nos aportan más vitamina C que la naranja, tienen fibra, muchos antioxidantes y potencian el sistema inmunológico.
Tenemos el bacalao desalado (yo en mi caso, lo compré desalado y congelado).
Pelamos las patatas y las cortamos en dos o en cuatro según lo grandes que sean (en mi caso las corté en cuatro).
Salpimentamos y le ponemos dos o tres cucharadas de aceite y las ponemos al horno a 190 grados hasta que estén casi tiernas.
Mientras, freímos la cebolla en juliana en un poco de aceite de oliva, sacamos y reservamos.
En la misma sartén sellamos los lomos de bacalao.
Sacamos las patatas y cuando ya casi están hechas, las ponemos en una fuente refractaria para horno. Le ponemos las cebolla y las grosellas y para finalizar, ponemos los lomos de bacalao encima.
Metemos al horno cinco minutos más o menos, hasta que el bacalao esté hecho.