El primer paso que haremos para ir ganando tiempo son las patatas porque su confitado nos llevará no menos de 45 minutos. Para ello la pelaremos y con un sacabolas retiraremos buena parte del interior, siendo minuciosos y cuidadosos de no romperlas a la hora de meternos por los laterales. Guardaremos la bola inicial, que nos servirá de tapa y las salaremos en su interior. (Foto 1)
En una cacerola amplia que nos acepte el volumen total de patatas sin amontonarlas, pondremos al menos un litro de aceite y sumergiremos las patatas dejando que el aceite inunde los huecos que hemos hecho, confitaremos a fuego muy suave, unos 60º que harán una burbujeo lento y constante durante un tiempo estimado entre los 45/60 minutos. Lo mejor será comprobar el estado de la patata pinchando con un palillo antes de sacarlas. (Foto 2)
Ahora nos ponemos a pelar y picar todas nuestras verduras en fina brunoise, desde el ajo, cebolla, puerro,pimiento, zanahoria, tomate, hasta los champiñones. Ponemos un par de cucharadas de aceite y hacemos bailar el ajo, inmediatamente añadimos todas las verduras exceptuando el tomate y los champiñones, ponemos una pizca de sal.
Es turno de picar la carne, me parece fundamental hacerlo a cuchillo, como si de un tartar se tratara. Cortaremos tiras y la cortaremos en los dos sentidos para después salpimentarla.
A estas alturas las patatas ya estarán confitadas y con mucho cuidado las retiraremos del aceite recudiendo todo el aceite que se ha acumulado en el interior, dejamos que se atemperen.
Cuando el pochado de verduras esté listo añadimos los champiñones y tras unos minutos terminaremos con el tomate, dejando que se ligue. Pasaremos este pochado a una fuente y saltearemos la carne a fuego fuerte para que no se cueza, simplemente dejaremos que cambie de color, no la queremos muy hecha. Luego la mezclaremos con el resto del pochado.
Con cuidado iremos rellenando las patatas, para ello nos ayudaremos de una cuchara de postre y con el dedo indice iremos repartiendo y prensando por todo el interior, llegando a los extremos de la patata para finalizar poniendo el tapón. Al estar la patata confitada nos ahorramos el paso de harina y huevo que se suele realizar en otros procedimientos. (Fotos 3 y 4)
Tan solo nos queda preparar la salsa de Cabrales y para ello pondremos el queso en una cacerola junto con una pequeña cantidad de leche, dejamos que se funda y luego incorporamos el resto de leche, tanta como cantidad queramos, pero que mantenga el sabor a queso. Rematamos añadiendo la nata, llevamos a ebullición, apagamos el fuego y dejamos reposar para obtener nuestra salsa densa.
Ponemos las patatas en una cacerola y volcamos la salsa dejando que se integren sabores y alcance el conjunto una buena temperatura, para ello pondremos la tapa. Picamos un poco de perejil y unas avellanas, servimos en un plato individual y decoramos.