La combinación de sabores del queso y las fresas siempre es un acierto. ¡Atención a los más pequeños de la casa y a los que no son tan pequeños!, porque la tarta es tan atractiva a la vista que resulta difícil contenerse.
Lavamos las fresas, les quitamos la parte superior, las cortamos a la mitad a lo largo y las reservamos. Ponemos en un bol la nata, el queso mascarpone, la pizca de sal y batimos hasta casi montar la nata.
Añadimos el azúcar y la cucharadita de agar agar y seguimos batiendo hasta que se monte.Aunque no es imprescindible, Belén nos recomienda que utilicemos un aro del tamaño de los discos del bizcocho para montar la tarta, nos quedará mejor con él.
Encontrarás el resto del proceso y los truquitos que utiliza la autora en eltoquedebelen.com