Las lentejas son conocidas por su aporte de hierro, pero también contienen minerales como el potasio o el magnesio entre otros nutrientes y vitaminas fundamentales para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Colocar una cazuela a fuego medio. Incorporar un par de cucharadas de aceite y cuando esté caliente añadir un cuarto de cebolla picado muy fino. Rehogar hasta que esté dorada.
Incorporar las lentejas y rehogar un par de minutos removiendo sin parar para que no se quemen. Añadir el vermú y agua hasta cubrirlas bien y la sal.
Dejar cocer a fuego medio hasta que estén hechas cuidando de que no se quemen o peguen (ir añadiendo agua si es necesario).
Lavar y cortar los espárragos. Reservar.
Lavar y cortar el calabacín en dados. Reservar.
En una sartén añadir un par de cucharadas de aceite y dorar en ella el resto de la cebolla picada muy fina.
Mientras tanto colocar una cazuela con abundante agua al fuego. Cuando comience a hervir añadir un puñado de sal y los espárragos.
Dejar cocer un par de minutos a fuego fuerte. Retirar, escurrir y enfriar con abundante agua fría. Reservar.
Añadir el calabacín al agua y dejar cocer un par de minutos.
Escurrir e incorporar a la cebolla dorada.
Remover con cuidado y añadir los espárragos.
Cuando las lentejas estén cocidas, retirar el exceso de agua e incorporar a las verduras y dejar que se rehoguen juntas unos 4-5 minutos a fuego suave.
Notas
Para la presentación he utilizado un aro de emplatar y decorado la ensalada con las puntas de los espárragos.