En un tupper y sobre papel de horno, poner varias cucharaditas de crema de pistacho con cuidado (intentando que queden redondas, es para el relleno). Congelar toda la noche.
Al día siguiente, batir la mantequilla con el azúcar blanco y moreno hasta cremar.
Añadir los huevos y seguir batiendo hasta integrar todo.
Ahora se añade la harina, una pizca de sal y la levadura. Mezclar todo bien pero no en exceso, lo justo para formar una masa.
Añadir el chocolate y los pistachos picados y mezclar hasta integrarlos en la masa.
Coger porciones de unos 80 gr, hacer una bola, aplastar por el centro y meter una cucharada del relleno congelado. Cerrar e ir poniéndolas sobre papel de horno en una bandeja para horno separadas entre sí.
Meter en el congelador media hora. Sacar y hornear a 200°C unos 12 min., hasta que los bordes empiecen a dorarse.
Dejar enfriar sobre la bandeja antes de tocarlas.
Notas
¡Las galletas quedan grandes! A mí me salieron 9. Tenedlo en cuenta para el relleno el día antes.