Comenzaremos la receta quemando los restos de plumas y salpimentando nuestro pollo. En una cacerola, preferiblemente una cocotte, ponemos un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra y empezamos a dorar el pollo.
Paralelamente pelaremos y cortaremos a grosso modo los ajos, puerro, cebolla y zanahorias en rodajas, cuando demos la vuelta al pollo le agregamos todas las verduras y rehogamos. Retiramos el pollo a una fuente y seguimos pochando las verduras un par de minutos más. Reservamos junto al pollo.
Echamos en la cacerola el azúcar, agitamos para esparcir y dejamos a fuego medio que se vaya formando el caramelo. No hemos de remover, se nos cristalizaría. Mientras, pelamos el jengibre, sacamos una peladura de una naranja, hacemos el zumo de tres naranjas y la cuarta la cortamos en cuartos sin pelarla (Foto 1).
Con el azúcar fundido en un punto dorado, no queremos que se nos haga demasiado o amargará, añadimos todos los aromáticos, el clavo, guindilla, canela, cardamomo, pimienta de Jamaica y la peladura de naranja. Echamos el zumo de naranja y comenzamos a diluir el caramelo, agregamos el vinagre y el licor de naranja (Cointreau), subimos el fuego para evaporar el alcohol y terminar de desglasar el caramelo (Foto 2).
Añadimos el pollo con las verduras, los gajos de naranja y el jengibre, echamos todo el caldo oscuro, mezclamos y tapando la cacerola a fuego medio dejamos cocinarse durante 40 minutos al chup chup. Transcurrido el tiempo retiramos las piezas de pollo y la zanahoria, colamos la salsa y desechamos el resto porque buscamos un líquido fino. Llevamos esa salsa a fuego máximo para reducirla a un punto espeso donde concentre todos los sabores.
Para la guarnición además de la zanahoria emplatamos arroz basmati con un aro, decoramos con cebollino picado, ralladura y rodaja de naranja, salseamos y ya lo tenemos listo.