La Raposa es protagonista de multitud de cuentos populares donde siempre se resalta su astucia, aparece con el nombre de Maruxa o Marica junto con Xuan (el lobo). En Villamexín (Prubaza) la llaman García García. Aparece tallada en la sillería gótica de la catedral de Uviéu representando multitud de fábulas. Aunque perseguida por su afición a las gallinas es un gran depredador de roedores. Como suele ocurrir algunas leyendas medievales permanecen en la tradición oral y llegan a referirse como casos reales. En La Riega de Llaneces (Candanal-Villaviciosa) se cuenta que la raposa entró en un gallinero y mató a las gallinas, al entrar el dueño se hizo la muerta, el hombre pensó que había muerto empachada de tanto comer, la agarró por la cola y la tiró fuera, al verse libre escapó dando un salto, también se dice que se hacen las muertas para despistar.
En realidad este episodio ya aparece en el «Fisiólogo» atribuido a San Epifanio obispo de Constancia (siglo IV de nuestra época) diciendo que se finge muerta para poder cazar a los cuervos que descienden sobre ella. Lo mismo se comenta en El conde Lucanor (1350-1400) y «Le Roman de Renard «escrito en 1776 por el francés Pierre de Saint Cloud.
San Isidoro en sus «Etimologías» dice: «Cuando no tiene que comer se finge muerta y así atrae a las aves y levantándose de pronto las devora». Pierre de Beauvoais va más allá y en su «Bestiario» (hacia el 1217) dice que «se revuelca en la tierra roja de tal manera que parece estar todo ensangrentado, luego se tiende en el suelo como si estuviese muerta (…)»
Ni qué decir tiene que estos Bestiarios medievales en su carácter moralizante comparan a la raposa con el diablo «siempre urdiendo embustes y falsedades». Este tipo de leyendas pervivió en la tradición oral del campesino asturiano y en toda Europa aunque nada tienen que ver con la biología de este animal.
Mitos sobre La Raposa
