Preside la Junta Rectora desde 2008, continuando con el trabajo de sus predecesores en unos años en los que la coyuntura económica ha sido muy complicada. Aunque todavía no se puede hablar del final de la crisis, reconoce que se aprecian algunos indicios que pueden indicar un cambio positivo.
-¿Cómo se ha vivido la crisis en Asipo?
-Afortunadamente, en nuestras instalaciones las empresas son todas solventes. El nivel de asociados se mantiene. Esto es porque hay una serie de empresas que están pasando dificultades pero soportan la crisis, y por otra parte hay inversores que en su día adquirieron naves para alquiler a empresas. En estos casos, aunque algunas empresas han desaparecido con la crisis, el inversor se mantiene, por lo que continúa aportando a la asociación.
Ahora empezamos a notar tímidamente que empieza a generarse algo más de actividad económica, pero desde luego no es para tirar voladores.
-¿Se perciben signos de recuperación económica en la región, desde la perspectiva de la asociación?
-No puedo decir que se note una mejoría notable en la situación económica de Asturias. Hay un nivel de desempleo muy elevado y la política económica regional es muy poco proteccionista hacia el tejido empresarial asturiano. Pese a que hay indicadores macro que dicen que la expectativa es de crecimiento, la verdad es que seguimos en deflación. Y sí, ciertamente han bajado los precios de los bienes de consumo pero también han bajado los ingresos del consumidor, con lo cual estamos en una situación complicada bajo mi punto de vista.
-A pesar de eso, Asipo sigue llevando a cabo mejoras, quizá no de gran envergadura, pero sí constantes.
-Estamos obligados a ello. Asipo es propietaria de toda la infraestructura del polígono y debe velar por ella, por lo que nos estamos centrando en el mantenimiento puntual de las infraestructuras, ya que no se pueden plantear de momento grandes inversiones.
-Muy pronto se van a celebrar las elecciones autonómicas. ¿Cómo pueden influir en la evolución del polígono?
-Asipo es un polígono íntegramente privado, desde sus orígenes hasta hoy. Se alimenta de las cuotas de los asociados, no de las subvenciones, y por tanto no nos condiciona que haya un gobierno de un signo o de otro. La relación con el Ayuntamiento de Llanera es cordial pero tampoco nos aporta nada económicamente. Sí nos puede afectar el partido que gobierne en los próximos años en un sentido más general, en la medida en que aquí se aglutina una parte del tejido empresarial asturiano.