Este concejo de grandes relieves respira el aire fresco y puro del Paisaje Protegido del Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa. La primavera tiñe de color sus bosques y el aire se llena de trinos. Los caminos y senderos de antaño vuelven a ser recorridos por senderistas y ciclistas que se funden con una naturaleza que despierta.
En esta época del año, la banda sonora de los grandes bosques del concejo la componen los cantos de los pájaros y las pisadas silenciosas de corzos y rebecos que degustan los tiernos brotes verdes, bajo la música de la corriente de los ríos Huerna y Pajares, que funden su melodía en el más caudaloso río Lena. Las abundantes hayas y castaños muestran en estas fechas sus hojas recién estrenadas, mientras las amplias praderas comunales de fresca hierba sirven de alimento al ganado vacuno, caballar y lanar, y una profusión de flores tapiza cuanta superficie libre encuentra a su paso. Los acebos, que mantienen sus hojas características todo el año, permanecen intactos para servir en un futuro como alimento invernal de una especie en extinción como es el urogallo. Porque Lena es también refugio de fauna en recesión como son los huidizos lobos y las águilas reales que vigilan los cielos desde una altura sin competencias.
Por todo ello, no es de extrañar que el concejo esté surcado de rutas adecuadas para la práctica del senderismo, el trail y el ciclismo, y se haya convertido en destino predilecto de estos deportistas. A ellos hay que sumar los montañeros experimentados que se acercan hasta el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, Reserva de la Biosfera -compartido con el concejo de Quirós-, donde despunta Peña Ubiña con sus 2.417 metros. Otras cimas elegidas por estos esforzados caminantes son El Ceyón de 2.035 metros, La Tesa de 1.905 y La Boya de 1.731 metros.
La ubicación y orografía de Lena hace que disponga también de la Estación de Esquí de Valgrande Pajares, logrando que el municipio haya vencido la estacionalidad turística, y permanezca repleto de visitantes durante todo al año.
Con todo lo relatado, podemos percibir que Lena es una tierra de contrastes. Por un lado las altas y escarpadas alturas que definen el concejo curten el ánimo y el carácter, mientras que los abundantes bosques y fértiles valles dan lugar a una naturaleza amable y generosa. Parecería que estamos en un lugar apartado, y sin embargo el concejo fue tradicionalmente lugar de paso, aportando riqueza cultural a sus gentes. Ya desde la antigüedad se empleó como una de las principales vías de comunicación con la Meseta, y como testimonio queda la vía romana de La Carisa. En la Edad Media este camino pasó a ser hollado por los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago y querían acercarse a la Catedral de Oviedo. De aquellos tiempos queda la iglesia prerrománica Santa Cristina de Lena, construida a mediados del siglo IX y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Por ello, no es de extrañar que hoy el concejo cuente con infraestructuras privilegiadas como son la autopista A-66 y las vías de tren, que permiten la comunicación con todo su entorno. Y del mismo modo, facilita el acceso a todos aquellos que sienten la llamada de esta acogedora tierra.