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viernes 22, noviembre 2024

Estudiando la región. Juan Ignacio Ruiz de la Peña. Director del RIDEA

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El Real Instituto de Estudios Asturianos va camino de los setenta años de historia. En todo este tiempo se ha posicionado como la referencia en la investigación y el estudio sobre todo lo relacionado con la región.

Para ello es fundamental una biblioteca propia, de más de veintisiete mil volúmenes, y un impresionante archivo documental, además de las diferentes actividades editoriales y divulgativas que llevan a cabo. Juan Ignacio Ruiz de la Peña fue elegido Director del RIDEA con el 80% de los votos, lo que le ha permitido encarar con confianza una nueva etapa, en la que se busca especialmente abrir el trabajo del Instituto a todo el entorno asturiano.

-¿Qué es el RIDEA?
-El Instituto de Estudios Asturianos es un instituto de estudios locales, y es a Asturias lo que es el Instituto de Estudios Catalanes a Cataluña, el Instituto de Estudios Gallegos a Galicia, el Instituto Fernando el Católico a Aragón… Nuestro objetivo fundamental se centra en la investigación y el estudio de todos los aspectos relativos a la propia región: históricos, culturales, y también los relativos al presente e incluso proyectos de futuro. En ese sentido, lo que yo trato de hacer, y partiendo de lo que se venía haciendo hasta ahora, es potenciar y dinamizar la labor del Instituto: acercarlo más al entorno regional, diversificar las actividades, y sobre todo extender su influencia a todos los rincones de Asturias. Es decir, sacar al Instituto del estricto marco local, porque a pesar de que nuestra sede está en Oviedo y aquí tienen lugar las principales manifestaciones de nuestra actividad, no somos un instituto de estudios ovetenses, sino asturianos.
-¿De qué manera se llevan a cabo estos objetivos?
-Bueno, una cosa son las intenciones y otra las posibilidades reales de llevarlas a cabo, pero en cualquier caso yo creo que en estos años, y evidentemente también en la época anterior, el Instituto ha tratado de prestar especial atención a tres tipos de actividades o servicios a la propia sociedad regional, que en definitiva es la que nos sustenta y a la que debemos servir.
En primer lugar, disponemos de una biblioteca especializada, magnífica, que se ha venido incrementando en los últimos años con la cesión de fondos documentales muy importantes, de tal manera que es un lugar de estudio, de consulta, y también de investigación, por lo que tiene de archivo regional.
En segundo lugar está otro servicio fundamental, que son las publicaciones. En este momento el Instituto tiene el fondo asturianista de publicaciones más importantes de la región, nuestro fondo editorial se inicia con la creación del propio instituto y llega hasta el momento actual. Además, editamos una media de entre diez y quince publicaciones al año: aparte de las publicaciones periódicas, muy acreditadas, como son nuestros dos boletines anuales de letras y uno de ciencias, también hay estudios de investigación sólidos, que se publican tras una evaluación previa. Así hemos llegado a construir ese fondo editorial, que hoy es imprescindible en cualquier tipo de estudio que se acometa sobre Asturias.

“Disponemos de una biblioteca especializada que se ha venido incrementando en los últimos años con la cesión de fondos documentales de tal manera que es un lugar de estudio, de consulta, y también de investigación”

-¿En tercer lugar estaría la proyección al exterior?
-El tercer bloque serían la celebración de reuniones científicas, seminarios, el encargo de proyectos por parte del instituto, y la proyección al exterior en forma de ciclos de conferencias en todo el ámbito asturiano, o conferencias coyunturales en función de circunstancias concretas.
También mantenemos una colección de publicaciones, unas monografías dedicadas a concejos asturianos, que no solamente brindan a cada concejo una obra de referencia fundamental, sino que nos permiten acercarnos allí, exponer ante el vecindario, hacer referencia a la historia, la vida, el arte o la geografía de ese lugar concreto, siempre buscando el mayor acercamiento a la realidad social asturiana.
Nosotros estamos dispuestos a servir allí donde nos llamen, cumpliendo nuestra función estatutaria de estudiar y difundir todo lo relativo a Asturias, por ejemplo en los propios fines del Instituto está la cesión de nuestros fondos editoriales a las asociaciones culturales o municipios que lo pidan. En ese sentido, creo que la labor que desarrollamos, aunque quizá no sea muy conocida, es muy positiva. Y sobre todo es una labor de la que queda constancia, porque todas las conferencias siempre se publican después.
-El Instituto de Estudios Asturianos nace en 1945, y se convierte en Real Instituto por el nombramiento del Príncipe de Asturias en el año 1992. ¿Hay un antes y un después de este reconocimiento?
-Es un nombramiento honorífico, que supone una cierta tutela de la máxima instancia nacional, y en ese sentido para nosotros fue un honor. Una vez dicho esto, en realidad, no cambia mucho las cosas. Quiero decir que, sea real o no, nuestra labor no se ve afectada por este hecho y el trabajo del Instituto sigue siendo el mismo.
-A esta institución han pertenecido personalidades como Ramón Menéndez Pidal, Claudio Sánchez Albornoz, Ramón Pérez de Ayala… ¿Qué aportación lleva haciendo Asturias a la historia de nuestro país?
-Asturias siempre se distinguió desde hace mucho tiempo por contribuir a la propia historia de España con aportaciones fundamentales. Por ejemplo este año celebramos el bicentenario de la muerte de Jovellanos, pero hay figuras de relieve extraordinario en el campo de los estudios históricos, en política, en literatura, en ciencia… La lista de nombres sería ad infinitum, y atestiguan que Asturias, siendo una región relativamente modesta, quizá por su entidad demográfica, ha ocupado y ocupa un lugar bastante destacado en el conjunto de los pueblos de España. Asturias tiene una de las universidades más antiguas del país, tiene por tanto una tradición larga tras de sí: y la tradición es muy importante cuando hablamos de trabajo científico.
Ésta es además una región que nunca fue rica, que tenía que mandar sus excedentes demográficos fuera, pero que experimenta la industrialización en el siglo XIX y se convierte en lugar de acogida para mucha gente. De unos años a esta parte, está padeciendo las consecuencias de la desindustrialización, un proceso de cambio que por otra parte no es un fenómeno exclusivo sino que está ocurriendo en otras regiones españolas y europeas. Asturias se encuentra en este momento en una situación delicada, que esperemos que se resuelva bien. Lo que sí puedo decir es que la cultura asturiana está muy viva, y quizá pueda aportar bastante al resurgir de la región.

“Nosotros estamos dispuestos a servir allí donde nos llamen, cumpliendo nuestra función estatutaria de estudiar y difundir todo lo relativo a Asturias”

-¿Asturias es más que un territorio geográfico? ¿Cuál es la relación del RIDEA con los asturianos que están fuera?
-Hay un Consejo de Comunidades Asturianas, con el que tenemos una relación excelente. Lo que no tenemos son medios para desplazarnos fuera, tenemos unos presupuestos modestísimos, probablemente la mayoría de los asturianos no saben que la mayor parte de las actividades se hacen a coste cero, por amor al arte por parte de sus miembros. A pesar de esto, el RIDEA presta a las Comunidades lo que puede prestar: sus publicaciones, su asesoramiento y la disponibilidad para hacer lo que nos pidan. El RIDEA se proyecta al exterior a través de esas vías, y yo creo que hoy en día en cualquier biblioteca de cualquier centro asturiano se pueden encontrar obras que facilitan esa vinculación con nuestro instituto.
-¿Cree que los asturianos son suficientemente conocedores de la labor del RIDEA?
-Radicalmente no. En cierto modo no es de extrañar, porque este tipo de instituciones académicas tienen una proyección al exterior muy particular, menos mediática que otro tipo de instituciones. En ese sentido, el RIDEA es poco conocido, ocurre lo mismo a otros institutos similares en otras regiones españolas. No hay un nivel de impregnación popular, porque el RIDEA tampoco es una asociación cultural, sino una academia de ámbito regional. Lo que ocurre es que nuestro trabajo llega a quien tiene que llegar: en toda Asturias hay grupos minoritarios que sí saben de nuestra labor y que recurren a nosotros. Y nuestros contactos con las asociaciones culturales son muy estrechos, saben que nos tienen ahí. Además, los movimientos asociativos locales y culturales son importantes, dinamizan la cultura regional y hay que tenerlos muy en cuenta. Juan Ignacio Ruiz de la Peña. Director del RIDEA (Real Instituto de Estudios Asturianos) Elegido como director de esta institución desde 2008, Juan Ignacio Ruiz de la Peña es el miembro más antiguo del RIDEA, “pero no el más viejo”, ironiza. -¿Por dónde pasa el futuro de esta institución?
-En primer lugar pasa por la modificación de sus estatutos, que es algo que queremos llevar adelante, para adaptarlos a lo que es, a lo que fue siempre y lo que tiene que ser: una institución académica, una academia en sentido neto. También pasa por recuperar su fisionomía jurídico pública, ya que su naturaleza se fijó en el contexto institucional del Principado; pasa por recabar una labor de mecenazgo para potenciar sus propias actividades; y pasa porque la propia administración observe el RIDEA como la que es su primera institución cultural, le preste la tutela, la ayuda -y no hablo solamente en términos económicos-, y el reconocimiento que lamentablemente quizá no le ha dispensado, sobre todo en los últimos tiempos.

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