Hay mucho que caminar en el concejo de Sobrescobio, tanto que se han organizado itinerarios en rutas de distinta longitud y dificultad, para hacer más fácil la tarea de internarse en las interioridades del concejo, además de conocer el asombroso entorno natural que le da fama.
La Ruta del Alba, Monumento Natural, es la más conocida y transitada del concejo. A la dificultad baja de sus poco más de catorce kilómetros se suman unos impresionantes paisajes que recorren las Foces del Llaimo, con un sendero que transcurre encajonado entre pareces verticales de roca y decenas de cascadas de diferentes tamaños. Sin embargo, hay muchísimas posibilidades para descubrir que Sobrescobio está lleno de rincones y parajes que vale la pena apreciar.
El Torrexón-Villamoréi, o la aventura del torreón. Una caminata de dificultad baja y una hora y media de duración (ida) nos llevará hasta las ruinas de lo que en su día fue un imponente torreón que da la bienvenida al concejo y entronca en su primer tramo con la ruta de la Tierra del Crespón. De esta jornada, que tiene subidas suaves, destacan los tramos por bosques de castaños, que conviene disfrutar con calma para apreciar toda la magia que encierran. También es muy destacable la vista desde los altos, particularmente la del embalse de Rioseco. En el mirador de Cuyacerra hay espacio para tomar asiento y también un respiro, mientras se admira ya la vista del torreón. Para el último tramo los lugareños recomiendan prudencia, porque el camino se estrecha y se hace más sinuoso. Una vez llegados a la base de la edificación, no conviene tratar continuar, puesto que el acceso puede ser peligroso.
Los Cabornos, o la aventura del bosque. son uno de los mayores atractivos del concejo, hoy convertidos en tesoro no sólo natural, sino etnográfico, por la importancia que tuvieron antaño en la economía del concejo. Cabornos es como se llama a los impresionantes castaños centenarios, surcados de pliegues tallados por el tiempo, acaso ahuecados por dentro, con formas imposibles y sobre todo, dotados de una gran belleza. Un paseo tranquilo, además de ser un bálsamo para el espíritu, nos dará una idea de la relevancia que han tenido a lo largo de los siglos. La ruta se inicia en el Centro Social de Campiellos y dura aproximadamente una hora (ida).
Camín de Acéu, o la aventura romana. En la biblioteca Pública de Rioseco empieza nuestra ruta, que entronca en puntos con la Calzada Romana y nos llevará tras las huellas de esta civilización en el concejo. Enseguida recorreremos los tramos primitivos de la vía, una de las puertas de entrada en Asturias hace 2.000 años, y que forma parte del Camín Real del Sellón, que sirvió de paso a León para viajeros, comerciantes y peregrinos durante siglos. Bosques de castaños antiguos y espléndidas vistas acompañan en el camino, como la que deja ver desde un alto el embalse de Tanes. Los paneles informativos desglosan y explican la ruta para que sea una experiencia aún más completa.
La Llobera de Caón, o la aventura entre lobos. Se trata de una ruta nueva, desarrollada por el Ayuntamiento de Sobrescobio, totalmente señalizada desde abril. El recorrido propuesto es circular (7,5 km de dificultad sencilla) y parte desde la localidad de Ladines. Su mayor atractivo, aparte de los paisajes, es poner en valor la denominada Llobera del Caón, una trampa construida por los vecinos en el monte del mismo nombre para ahuyentar hasta ella a los lobos que amenazaban el ganado. A través de paneles explicativos se recrea la historia de la «montería» en la que participaba todo el pueblo. A modo de experiencia piloto, con la puesta en marcha de esta ruta se busca reivindicar la importancia de la fauna como elemento dinamizador de las economías rurales.