Hace veinticinco años comenzaba de manera tímida a dar sus primeros pasos la Cooperativa El Orrio. Ahora con un amplio bagaje, el colectivo es una pieza imprescindible en el entramado social del concejo tapiego. Sin sus integrantes, la vida sería mucho más complicada.
Son 18 mujeres las que integran El Orrio, en Tapia de Casariego, una cifra que no ha dejado de crecer desde que se creó la cooperativa hace un cuarto de siglo. Y con seguridad, un número que continuará sumando componentes ante el reconocimiento que este colectivo está consiguiendo por su trabajo, ahora visibilizado por la celebración de sus bodas de plata.
La cooperativa, que realiza servicios asistenciales a personas del occidente de Asturias, gestiona el centro rural de apoyo diurno de Tapia de Casariego (Crad) y atiende a una cincuentena de usuarios en ayuda a domicilio. Al frente de la cooperativa se encuentra Gema Martínez, gerente, cuya principal tarea es la de coordinar los movimientos de todo el equipo así como de representarlas ante determinadas instituciones. «Cuando empezamos hace 25 años, lo hicimos prácticamente desde cero -explica Gema- porque la profesión apenas era conocida en España. No había whatsapp, ni teléfonos móviles y no sabías las funciones que te correspondían porque de aquella nadie las conocía; hubo que ir perfilando nuestro perfil laboral poco a poco». Ahora, tras muchos años de experiencia El Orrio atesora un amplio currículum en reconocimientos. Además de tener la certificación del Sistema Integrado de Calidad ISO 9001-2008, ha recibido el premio Economía Social en el Medio Rural en su IX Edición y el de Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales en su II Edición. Pero lo más importante para la plantilla de esta cooperativa es el reconocimiento que obtienen día a día entre las personas que atienden, niños, mayores, dependientes con discapacidad física, sensorial, intelectual…
«La gente del medio rural al principio era muy reticente al servicio, especialmente los mayores, pero ahora tanto ellos como sus familias acuden a nosotras porque detrás hay un buen hacer que es conocido y eso les da confianza»
El objetivo de El Orrio es mejorar la calidad de vida de sus usuarios y fomentar su autonomía para que puedan seguir integrados en su entorno habitual. La gerente de este colectivo sonríe al explicar que «casi somos el Inem de Tapia de Casariego pero sin cobrar. Podríamos montar una empresa de mediación porque, además de nuestro trabajo, en muchas ocasiones hacemos de intermediarias para que la gente pueda encontrar a quien contratar a tiempo completo».
Como proyecto de futuro la cooperativa sueña con gestionar una residencia propia, en la que poder volcar toda su experiencia, «es nuestra gran ilusión, pero hay que darle tiempo al tiempo porque para esto precisaríamos de un inversor».