Gracias a la labor de la Asociaciación de Empresarios el Polígono de Perográn está consiguiendo grandes grandes logros que repercuten en el desarrollo de dicha área industrial. Angel González, presidente de la Asociación nos habla de todo ello.
-Están ya en marcha los dos principales proyectos pendientes: el acceso al polígono y los aparcamientos. ¿Qué queda como objetivo para la Asociación?
-Pues en este momento no estamos trabajando en ningún objetivo realizable a corto o medio plazo. En la Junta Directiva estamos valorando la posibilidad de informarnos de lo que podría suponer tener una guardería en el polígono. Otros polígonos en Asturias la tienen, y queremos aprovechar la buena disposición por parte de la Administración a la hora de subvencionar este tipo de proyectos. Estamos en la parte preliminar del proyecto, empezando a asesorarnos y recabar información. Aquí tenemos sobre mil quinientos trabajadores, y contamos con una particularidad: entre el setenta y el ochenta por ciento son mujeres. Por eso estamos empezando a valorar la viabilidad de una guardería, viendo los pros y los contras.
-Esta Asociación lleva años trabajando y se han conseguido grandes logros como la recepción del polígono, asfaltado, iluminación… ¿Es consecuencia de la implicación de tantos empresarios?
“Estamos valorando la posibilidad de tener una guardería en el polígono”-Nuestro porcentaje de asociados es, proporcionalmente, el más alto de todos los polígonos organizados de Asturias. Ahora mismo un ochenta y cinco por ciento de empresas ubicadas en el polígono pertenecen a la Asociación. Es un dato importantísimo, porque la media está entre el cincuenta y el sesenta por ciento. No sé muy bien a qué atribuir esta espectacular presencia de empresas, yo creo que la Asociación arrancó muy rápido y muy bien: como estaba todo por hacer, se veían los resultados enseguida, y unos a otros nos fuimos animando. La Asociación también se caracteriza porque no se producen bajas, sino todo lo contrario. Ahora mismo tenemos esos dos proyectos en marcha, pero pensamos que lo elemental está cubierto y lo cierto es que no se ven grandes movimientos, pero así y todo la reacción de los socios no es otra que la de colaborar y seguir pagando las cuotas mensualmente. Lo cual es de agradecer, porque es un gesto de confianza.
-El crecimiento en Asturias de las áreas industriales hace que terminen tocándose unas a otras, como es el caso de Perográn. Con una experiencia de varios años con los tres polígonos fusionados (La Roza, Promogranda y Les Peñes), ¿considera que esta fórmula se podría exportar a otras zonas?
“Un ochenta y cinco por ciento de empresas ubicadas en el polígono pertenecen a la Asociación”-No solamente es interesante, sino que es recomendable. Un polígono, como cualquier organización, es mejor cuanto más grande, se vuelve más fuerte, puede ejercer mayor presión para conseguir los objetivos que se marque. Que yo sepa, salvo tres o cuatro casos en toda Asturias en los que se plantea el polígono desde el principio, con sus accesos, con sus servicios, en general el resto surgen porque se recalifica un terreno para poder hacer cinco naves. A partir de ahí, se van solicitando los terrenos colindantes en función de las necesidades, se van creando unidades de gestión y van creciendo los polígonos.
Esto tiene un problema, y es que las empresas siempre van por delante de la Administración, a un ritmo mucho más rápido. Las empresas tienen necesidades de crecimiento y muchas veces esto se hace sobre cimientos falsos, en el sentido de que luego no existen dotaciones de servicios. Aquí tenemos un ejemplo muy claro, porque hasta hace dos o tres años había problemas de alumbrado, de presión de agua, etc. Se fueron solucionando, pero porque no hubo en su momento un proyecto municipal para planificar un área industrial. De hecho dentro del propio Polígono de Perográn hay naves todavía en construcción, mientras que otras tienen ya veinte años. Por eso hay que contar con la franja de crecimiento, lógicamente cuando una nave empieza se arregla con poco, pero cuando hablamos de cien o ciento cincuenta naves, o las dotas de servicios para que tengan una actividad normal o esto es el caos. Hacen falta aparcamientos, buenas entradas de agua, saneamiento, alumbrado… Y esto es lo que pasó en Asturias, excepto en determinados casos en la zona centro como Silvota, Asipo u Olloniego, o como puede ser el planteamiento futuro aquí, en Bobes. Si se plantea una zona industrial grande desde el principio, todo va a ser más fácil.