Los meses de invierno son tiempos felices para los aficionados a los deportes de nieve. Aunque el comienzo de temporada este año se hace de rogar, empiezan a planearse excursiones de esquí, de snowboard, travesías con raquetas… La montaña asturiana permite todas las posibilidades, con dos estaciones de esquí al frente de la oferta. En Aller, Fuentes de Invierno estructura una oferta turística que busca diversificarse y desestacionalizar, sin renunciar a la temporada alta invernal. Es la estación más moderna de España, con menos de una década de historia. Fuentes de Invierno destaca por ser muy accesible y poco masificada, con pistas y remontes adecuados a cualquier práctica y con precios competitivos. Tanto el ambiente como el equipamiento hacen que abunden las familias con niños.
Gracias a estas instalaciones, Aller aprovecha plenamente el filón de la nieve, que convierte el invierno en su particular temporada alta turística. Además de las condiciones deportivas, el entorno ideal es el que permite relajarse en condiciones. Cerca de la estación invernal existe una amplia oferta de alojamientos de turismo rural en los que descansar, más la opción de acudir a alguno de los restaurantes próximos para disfrutar de la gastronomía local. Unas 700 plazas hoteleras cuelgan el cartel de lleno en esta época, y los restaurantes atraen a sus clientes con contundentes menús basados en la gastronomía típica asturiana, que en Aller tiene pocos rasgos que lo diferencien del resto de la región, es decir: pote, fabada, carnes de distintos tipos… Las diferencias se hacen notar en el postre, ya que los dulces alleranos son famosos: no hay que dejar de probar el panchón, una masa de escanda que se envuelve en hoja de berza y se cuece en horno artesano, presentada luego con manteca derretida, azúcar o miel. Es una buena dosis de calorías para afrontar los deportes de invierno.
Cerca de la estación invernal existe una amplia oferta de alojamientos de turismo rural en los que descansar, más la opción de acudir a alguno de los restaurantes próximos para disfrutar de la gastronomía local.
Con la cantidad de paisajes montañosos que se reparten por la región, los deportes de nieve son aquí palabras mayores. Porque la oferta es principalmente esquí, pero no sólo eso: no hay que olvidar el snowboard, que gana adeptos temporada tras temporada, ni cualquiera de las variedades que no necesita remontes, como el esquí de travesía. Quien más, quien menos, todo el mundo ha tenido aquí la experiencia de ir a «pisar nieve», ya sea para realizar una excursión técnica, con raquetas o crampones o para librar una batalla de bolas.
La gran ventaja es que Aller está bien comunicado, y que a la estación de Fuentes de Invierno se accede por la carretera del puerto de San Isidro, que las quitanieves se ocupan de mantener limpia. De este modo, el concejo puede presumir no sólo de sus impresionantes parajes naturales, sino de la cercanía con otros lugares emblemáticos asturianos, a un paso del Parque Natural de Redes y de los Picos de Europa. En nada se llega a cualquiera de las grandes ciudades asturianas y, yendo un paso más allá, hasta es posible acercarse hasta el mar y disfrutar de las vistas. Es uno de los rasgos diferenciales de la región, y en invierno es todavía más sorprendente: pasar de la nieve a la playa en un mismo día, ida y vuelta, es un encanto añadido que vale la pena disfrutar.