Desde hace unos meses, San Bartolomé cuenta con una asociación dispuesta a dinamizar la vida en la parroquia mediante la organización de actividades.
El pasado mes de agosto, Noelia Díaz comenzó junto a cuatro amigas una aventura que ha cristalizado en la creación de un nuevo colectivo: la Asociación San Bartuelo. La joven de Grado se mudó al pueblo de Belmonte hace tres años y dado que por motivos de salud disponía de mucho tiempo libre pensó en crear la Asociación. «Un año lo intenté y varias personas con las que tengo relación me dijeron que para qué me iba a meter en esas cosas -comenta la presidenta del colectivo-. Al año siguiente volví a hablar con ellas y decidimos hacerlo. Somos cinco mujeres y lo que queríamos era crear actividades porque nos parecía que serían beneficiosas para el pueblo. Aquí principalmente vive gente mayor que está metida en casa mucho tiempo porque tampoco tienen muchas más opciones». Noelia reconoce que en su ADN tiene grabada la necesidad de asociarse debido a que su padre perteneció a la asociación de vecinos de donde vivían y ella creció con la idea de que cuanto más unidos estuvieran los vecinos mejor iban a ser las cosas para todos.
Poco a poco la gente comenzó a animarse y actualmente son 207 socios los que forman la Asociación, aunque no todos residen en San Bartolomé. En los meses que llevan en activo ya han organizado varias actividades y talleres, las impulsoras de esta iniciativa están muy contentas porque son muchas las personas que están participando. «Sobre todo los mayores, que están encantados. Van a gimnasia de mantenimiento dos días a la semana en la Escuela de San Bartolomé, que es donde tenemos la sede; también van a clase de nuevas tecnologías y ya saben funcionar con el móvil o mandar
whatsapps. Nosotras mismas les damos clases de manualidades porque el presupuesto no llega para contratar a más personal. Los socios tienen pensiones pequeñas y tampoco pueden permitirse pagar muchos cursos», añade Noelia. El curso de manualidades que están realizando tiene un ingrediente especial: los participantes elaboran elementos decorativos para mejorar la imagen del pueblo. Lo último que han realizado han sido carteles con los nombres de los caminos y ahora están en trámites con el Ayuntamiento para su colaboración. Además de talla en madera, manualidades y gimnasia de mantenimiento, la oferta de actividades se completa con baile y yoga. «Ahora tenemos el proyecto de hacer una pequeña biblioteca que ubicaríamos en la sede de la Asociación -añade Noelia- pero todavía tenemos que estudiar cómo hacerlo».
Reconocen que la actividad que desarrollan se nota en el día a día del pueblo y que son cada vez más las personas que se animan a participar, el reto está en convencer a la gente mayor para que salga de casa y se apunte a hacer algún tipo de actividad. «Ahora te llaman cuando tienen un problema, entienden que hacemos más presión siendo más que protestando uno solo. Siendo una asociación las cosas funcionan mejor».
El año pasado, coincidiendo con San Bartuelo, organizaron una espicha para los socios y este año están estudiando una nueva fórmula para volver a juntarse y celebrar que ya existe una asociación que mejora la vida en el pueblo. Pinche aquí para ver más reportajes de este concejo