Belmonte de Miranda

Si algo ha marcado el pasado y también el presente de este concejo del centro-occidente asturiano es su naturaleza. En sus ríos, montañas y bosques habitan especies tan emblemáticas de la fauna cantábrica como lobos, osos, corzos, rebecos o salmones. Todo ello enclavado en el Camín Real de la Mesa y a un paso del Parque Natural de Somiedo.

El despoblamiento del medio rural es tal vez el mayor problema al que se enfrenta el concejo de Belmonte. Por eso, Rosa María Rodríguez, alcaldesa en este municipio desde hace ocho años, centra sus esfuerzos en ofrecer a sus vecinos todos los servicios básicos. El objetivo: hacer del territorio un lugar atractivo para vivir.

Gracias a dos nuevos proyectos emprendedores, la escanda y el kiwi se suman a la lista de productos de la tierra que tanta fama dan al concejo de Belmonte. A pesar de las dificultades, a sus autores no les falta ilusión para poder hacer de este trabajo su forma de vida.

El próximo 30 de marzo comienza en Belmonte una cita muy esperada, el XVI Concurso-Exposición del Caballo, uno de los mejores eventos equinos de la región asturiana.

El conde Pelayo Froilaz y su esposa Aldonza Ordóñez fundaron el Monasterio de Belmonte como refugio espiritual en la primera mitad del siglo XI. A lo largo de su historia vivió momentos de mayor o menor esplendor hasta que fue demolido en el siglo XIX. Su claustro en ruinas se representó en una litografía de Parcerisa en el libro 'Recuerdos y bellezas de España'.

La afición por la caza está muy presente en un municipio que posee buenas condiciones para este deporte.

Belmonte de Miranda presume de buen ganado y buena carne, y eso es gracias al trabajo de familias ganaderas como la de Flor González Fernández: la ganadería para ella forma parte de su vida desde que era pequeña. 'Antes, cuando había ternerinos en la cuadra era como tener un muñeco para jugar. No hacía falta que te mandaran ir, ya ibas tú sola'.

Desde hace unos meses, San Bartolomé cuenta con una asociación dispuesta a dinamizar la vida en la parroquia mediante la organización de actividades.

Las aguas del Narcea o las del río Pigüeña, que recorren el concejo de sur a norte, configuran rincones idílicos para la práctica de la pesca recreativa. Este es uno de los grandes atractivos que posee el concejo de Belmonte de Miranda.

Jesús Grana es uno de los muchos pescadores locales que han crecido a la vera del río y ya no saben vivir sin él. Su padre le enseñó a pescar y con tres años ya tenía su primera licencia. Su hija Mara, de seis años, ya sabe lo que es coger su primera trucha.