Riberas es una parroquia pequeña pero sus vecinos consiguen que su nombre sea muy escuchado gracias a las actividades que desarrollan. Algunos lo llaman 'orgullo de pueblo'.
Los peregrinos que transcurren por el concejo obtienen inmejorables vistas de la desembocadura del Nalón, en las que el Castillo de San Martín ocupa un lugar privilegiado.