La afición por la caza está muy presente en un municipio que posee buenas condiciones para este deporte.
El Club Deportivo Peña Manteca es el encargado de gestionar el Coto Belmonte, de 17.085 hectáreas, en el que operan siete cuadrillas (Quintana, San Parroquia, Pico Cauneo, Montovo, Campoleo, Almurfe y Galácticos). Cada una de estas cuadrillas está compuesta a su vez por un grupo de cazadores y monteros que oscila entre doce y veintiocho personas. Los que conocen el coto belmontino, que limita con Somiedo al sur, con Salas al norte y con Grado y Tineo, al este y al oeste respectivamente, saben que este es exigente a la hora de realizar una cacería, poniendo a prueba la resistencia de los cazadores y sus compañeros caninos. José Manuel Suárez Lorences, presidente del club, explica que «es un coto más difícil que otros como Grado o Salas, pero es bueno para los perros que pueden pasar dos o tres horas cazando. Por eso es muy atractivo, sobre todo para la gente joven». Por desgracia, la falta de relevo generacional es una de las adversidades a las que se enfrenta el colectivo de cazadores: las dificultades económicas y el hecho de que la población cada día esté más envejecida no favorece la entrada de socios jóvenes.
En el coto es posible encontrar todo tipo de especies de caza mayor, y aunque el jabalí es la pieza más habitual, también cuentan con recechos de rebeco macho y hembra, corzo, y algunos permisos de venado. «Los corzos ahora escasean porque han pasado por una enfermedad que ha diezmado la población, -explica José Manuel-. Respecto a la caza menor, tenemos perdiz roja y es un buen coto para la arcea».
La actividad cinegética en el concejo es una importante fuente de turismo, dado que aunque gran parte de los socios son de Belmonte, muchos de ellos residen en otras localidades y como ratifica el presidente del club «aquí viene a cazar gente de muchas partes».
El trabajo que realiza el club se hace visible también en las tareas de desbroce de sendas destinadas a mejorar los accesos y la limpieza de los caminos, en la gestión de los guardas de caza y en el control de los daños causados por especies cinegéticas en sembrados y fincas.