La organización de La Vuelta buscaba una subida inédita en Asturias y Les Praeres de Nava en la Sierra de Peñamayor, cumplía todos los requisitos. El próximo 8 de septiembre, coincidiendo con el Día de Asturias, este ascenso se puede convertir en un nuevo templo del ciclismo asturiano.
Esta maravillosa majada en la Sierra de Peñamayor con un espectaculares vistas, será el final de la décimocuarta etapa de la Vuelta Ciclista a España. Cuando lleguen aquí los corredores habrán subido ya cuatro puertos y aún tendrán que reservar fuerzas para este reto final. No es una subida tan larga como el mítico Angliru o Los Lagos de Covadonga pero lo suficiente para poner a prueba la resistencia de los participantes.
Se trata de una ascensión de cinco kilómetros escasos, con curvas cerradas, complicadas y un porcentaje medio que alcanza el 13,4% y rampas que superan el 20%. En total se superan los 650 metros de desnivel. Las principales dificultades se van a encontrar en el segundo kilómetro, con un promedio del 17%, y en el tramo final, de tierra que podría romper el ritmo de subida de los corredores. «El espectáculo está garantizado, va a ser un final de etapa muy guapo», asegura el concejal Jairo Palacios.
Estas son las previsiones pero para saber qué pasa en realidad habrá que esperar a ese 8 de septiembre, cuando el pelotón enfile estas duras rampas y concluya esta jornada ciclista apasionante.
Las obras están en marcha
El pasado año, Javier Guillén director general de La Vuelta, fue el pregonero del Festival de la Sidra de Nava, una perfecta ocasión para que conociera en primera persona la ascensión a Les Praeres aunque ya antes había llegado la propuesta a sus oídos. Una vez conocido, vio que aquello podía encajar con la idea que tenía la Organización. Una vez confirmado había que poner manos a la obra rápidamente ya que «el tramo de subida es una pista de hormigón en bastante mal estado, roto en algunos sitios y hubo que asfaltarlo, explica Palacios. Se ha hecho una parte pero falta todavía otra». Para estas obras el Consistorio naveto va a invertir 151.000 euros.
El tirón de la Vuelta se nota en el incremento de ciclistas para realizar estas infernales subidas antes de que lo hagan las grandes estrellas
Reclamo turístico
La llegada de la Vuelta ha sido recibida con mucho entusiasmo por todos los navetos, que serán los anfitriones de la caravana de la competición. La hostelería considera que esto puede suponer un gran impulso para el turismo del concejo porque este evento mueve no solo al equipo de la Vuelta sino también a miles de aficionados, un importante negocio para el sector de la hostelería, restauración y ocio. «Esperamos a una cantidad de gente importante, comenta Palacios. Algo que va a venir muy bien al concejo porque está la cosa bastante baja últimamente». La Vuelta también será un importante escaparate, ya que la cobertura televisiva mostrará como es habitual imágenes de este nuevo recorrido y del maravilloso entorno de la Sierra de Peñamayor a los cinco continentes, situándola el mapa. «Ahora solo hace falta que el tiempo contribuya. Si el tiempo está bueno las vistas serán espectaculares, si hay niebla de cara a proyectarnos pues será peor. Eso mismo ocurre en la subida a Los Lagos o al Angliru», apunta el concejal naveto.
El tirón de la Vuelta ya se nota en el incremento de ciclistas que se acercan hasta aquí para vivir en primera persona la experiencia de estas infernales subidas antes de que lo hagan las grandes estrellas del ciclismo mundial.
Subida a Les Praeres
La subida a Les Praeres se realiza a través de una preciosa carretera de montaña desde el pueblo de Piloñeta. Arriba nos vamos a encontrar con la majestuosa Sierra de Peñamayor, un espacio de singular valor medioambiental que alberga en su interior una majada conocida como Les Praeres. Un placentero lugar plagado de ganado y cabañas, además de un bar restaurante que abre los fines de semana. De aquí parten numerosos senderos que nos van a permitir adentrarnos en rincones recónditos y descubrir lugares preciosos: profundos valles, frondosos hayedos, tejos, además de cumbres con vistas impresionantes.
Hacia la izquierda podemos dirigirnos a la zona de Puente Miera y el camino de La Reina, una famosa calzada romana que enlazaba estas montañas con las de Covadonga. Hacia la derecha, una pista nos lleva hasta La Collada del Orosu, majada del Tarnu y Melendreros, para de frente tomar la pista que nos conduce a Peña Mayor (1.141 metros), peña Espines (1.075 metros), las cabañas de Braniella y la collada de Anés. Subir estas cumbres nada complicadas, así como el Trigueiru (1.291 metros), nos va a regalar en un día despejado unas estupendas vistas de las propias Praeres, los Picos de Europa, y el mar Cantábrico.