Este cartel no existe, pero debería. Eso es lo que piden los vecinos de Puerto de Vega, que se les ubique en la ruta que conecta el occidente asturiano con Galicia. Y para eso, todo lo que necesitan es un cartel.
La autovía ha facilitado el flujo de visitantes al occidente asturiano pero se ha olvidado de indicar dónde está Puerto de Vega. La señalización avisa de la salida que hay que tomar para Anleo, Villapedre y Polavieja. Nada sobre una villa que tiene mayor población que las antes mencionadas. Este «descuido» ha incomodado tanto a los turistas que se quedan sin conocer un enclave marinero de primer orden, como a los vecinos y profesionales de la hostelería, que reclaman indicadores que ayuden a los forasteros a llegar a este destino. La opción más viable puede ser un indicador turístico, de color marrón, que señale la dirección a tomar hacia el puerto. Pero las cosas de palacio van despacio, y las reclamaciones todavía no han surtido efecto. Y es una pena, porque se trata de uno de los conjuntos más pintorescos de la zona. La característica entrada del puerto es una imagen inolvidable. Y una vez en tierra, hay que darse un paseo por las calles estrechas y salpicadas de detalles que hacen referencia a un pasado pesquero importante.
Puerto de Vega es uno de los conjuntos más pintorescos de la zona. Una vez allí, hay que darse un paseo por el puerto y por las estrechas calles salpicadas de detalles que hacen referencia a su tradición pesquera.
Algunas de las construcciones que antaño estaban dedicadas a labores relacionadas con la pesca, hoy han sido recuperadas para albergar instalaciones culturales. Es el caso del Museo de la Historia del Mar, en el antiguo edificio de La Arenesca, antaño importante empresa conservera, cuyo espacio expositivo recrea el interior de un barco para mostrar distintos objetos relacionados con los oficios del mar. Otra visita, para completar el apartado cultural, ubicada en el ala este del mismo edificio de La Arenesca, es el Museo Etnográfico Juan Pérez Villamil, abierto en 2001 por iniciativa de la Asociación Cultural Amigos de la Historia, y en el que se pueden ver de cerca elementos domésticos de las casas tradicionales, herramientas de artesanos y objetos vinculados a la herencia conservera de la villa.
Para percibir el alma de un pueblo marinero lo mejor es conocer de primera mano su forma de vida y las historias de su gente y eso es posible a través de las visitas guiadas que organiza la Cofradía de Pescadores La Atalaya. Al itinerario habitual que explica al visitante los diferentes tipos de peces, las artes de pesca y el funcionamiento de la subasta en la rula se suma desde hace poco tiempo una importante novedad: un aula didáctica que ha convertido las instalaciones de la rula en un lugar de visionado multimedia. El pequeño museo de la pesca muestra, entre otras cosas, reportajes fotográficos y vídeos en los que personas del pueblo cuentan los momentos más destacados de la historia local, así como la rutina cotidiana de pescadores y percebeiros.
El aula, una inversión que ronda los 136.000 euros, se ha financiado con cargo al Fondo Europeo de la Pesca que gestiona el Ceder Navia-Porcía y ahora estará incluida en los itinerarios turísticos gestionados por la Cofradía.
(Reserva previa en 985 648 513 // 985 648 009)