Navia lleva muchos años produciendo buenos grupos y buena música. En cantidad y en calidad. Y también en variedad, porque el abanico de estilos es amplio, aunque el rock en todas sus variedades se lleva la palma. Ahí entra The Sonic Race, una formación que ha evolucionado desde el punk rock de sus inicios al surf rock más clásico.
Desde que comenzaron a tocar en 2005 hasta hoy, han ganado en experiencia y madurez. Y eso se traduce en evolución. Son Jano Antúñez, Rudy González, Jorge Torero, Rafa Jardón y Fede Fraga, proceden de lo que llaman «Navia kaótica», un invernadero para el cultivo de grupos hardcore y punkrock. Después de un parón obligado por los avatares de la vida, retoman donde lo dejaron y consolidan su retorno con la publicación, a comienzos de 2014, del disco autoproducido «Return to hell».
-¿Cómo explicar el viaje desde ese punk inicial a este surf rock más moderado?
-El punk siempre nos ha gustado, de hecho este disco conserva toques, pero decidimos cambiar a la onda surf estilo Radio Birdman, porque es un grupo que siempre nos gustó muchísimo. Esos discos llegaron aquí en los 90, gente de Navia que participaba en los campeonatos de surf de Tapia se los trajo, y desde entonces estamos enganchados al punk rock australiano. Podríamos decir que antes hacíamos un punk más garajero y ahora un poco más clásico.
-Tras un tiempo de parón retomáis el grupo en 2009.
-Sí, la verdad es que en 2005 teníamos un baúl de canciones fruto del trabajo de los años anteriores como músicos y teníamos en proyecto hacer una selección, pero nuestro cantante se fue a Madrid por motivos de trabajo y tuvimos que dejarlo. En 2009 regresó a trabajar en Asturias y retomamos el proyecto. Empezamos a ensayar, recuperamos fuerzas y ahora estamos a tope, mucho más compenetrados musicalmente.
«El título del disco Regreso al infierno es una metáfora de lo que nos ha costado hacerlo. Producir un disco hoy en día es un proceso muy laborioso»
-Navia tiene una presencia musical importante, especialmente en estilos cercanos al rock. ¿Por qué crees que es?
-Ya en los 80 en Navia había mucho grupo rock y sí es verdad que a partir de los 90 hubo una explosión musical en toda esta zona. Ahora no sabría decirte cuántos grupos hay, pero probablemente 15 ó 20 tocando y ensayando con regularidad. Yo creo que es la «herencia» de los años 70 y 80, a partir de esos años aquí siempre hubo mucha tradición musical. Eso se fue transmitiendo y los jóvenes siguen tirando en esa dirección.
-¿Y el directo? ¿Ganáis en las distancias cortas?
-Pues la verdad es que tenemos muy buen equipo y en directo sonamos incluso un poco más «macarras» de lo que sonamos en el disco, es un sonido más potente que el del disco. La magia del directo siempre ayuda también.
-Esto empezó como una forma de pasar el tiempo, pero a la vista de los resultados ¿habéis cambiado algo el planteamiento en estos años?
-Éste es desde siempre el dilema del grupo. En principio el objetivo es pasarlo bien haciendo lo que nos gusta. Por delante la diversión y el placer personal. Luego todo esto ha ido cogiendo temperatura y ahora mismo es una bomba que nos explotó en las manos. Este verano empezaremos a rodar por Asturias y también fuera, ya que tenemos un número importante de conciertos apalabrados. En este momento no nos cerramos a nada, iremos viendo cómo van saliendo las cosas.
-¿Por qué el disco es un «Regreso al infierno»?
-Además de que es el título de un tema del interior del disco, es una metáfora de lo que ha costado hacerlo. Producir un disco hoy en día, sacar tiempo de tu vida privada, laboral y familiar, cuesta mucho. Aparte de todo eso, el disco es autoproducido, aunque editado en Galicia, es decir que todo es cosa nuestra: la composición, los arreglos. Nosotros hacemos y deshacemos. Cualquiera que haya grabado un disco sabe que es un proceso muy costoso.
–¿Para cuándo la próxima grabación?
-Ya tenemos algunas composiciones hechas. Nuestra idea es empezar a grabar otra vez a partir de septiembre u octubre. Pero esta vez, dado que es un proceso muy laborioso, preferimos meternos en un estudio y delegar el trabajo de producción en manos de un profesional.