Con su estilo peculiar y desenfadado, descubre a los propios asturianos una manera diferente de conocer Asturias, desde la cima de una montaña o desde el fondo de un barranco. Un turismo de aventura accesible para todos los públicos.
Después de verle en la tele, Camilo Sousa no decepciona al natural. Posa con naturalidad frente a la Sierra del Aramo y a la Magdalena, hace gala de ese humor socarrón y característico que le está dando una cierta fama entre los deportistas asturianos. El formato de docu-reality permite que “Mochileros” combine la información pura y dura con las impresiones de la pequeña cámara que Sousa lleva encima. Para completar el cuadro, cada programa tiene un invitado especial y cuenta con las impresiones de distintos montañeros y deportistas sobre la actividad en cuestión.
-Evidentemente, tienes experiencia como montañero, pero eres un novato en la televisión. ¿Cómo terminaste haciendo “Mochileros”?
-Fue una idea de la jefa de producción, Vicky Sousa. En principio surgió como un programa para un público más minoritario, con actividades de montaña y escalada, pero después la productora decidió abarcar más temas de turismo activo y actividades de naturaleza en general. También diseñaron el formato, que es un poco más “descarado” de lo habitual.
Entonces empezaron a buscar a alguien que supiera de estos temas, y que además fuera un poco dicharachero, y Vicky dijo “yo tengo a la persona ideal: mi primo”. Y ése soy yo. El capítulo piloto gustó en la TPA, aunque yo decía muchos tacos y dijeron que había que sacarlos. Un año más tarde nos llamaron para empezar a grabar, y ya estamos con la segunda temporada en marcha.
-¿Cómo se plantea cada programa?
-Hay un equipo de guionistas… bueno, decir eso queda muy bien, pero la verdad es que somos una productora pequeña y las labores de cada uno no están tan delimitadas. Cuando hay que hacer algo nos reunimos a ver quién se encarga de qué, casi como un grupo de amigos que saca las cosas adelante. Yo conozco más o menos las rutas a realizar y la actividad, y luego nos juntamos para ver qué vamos a hacer, en qué sitios conviene parar y de qué vamos a hablar. Es importante ver quién va a ser el invitado: a veces no lo conocemos y nos sorprende, otras veces nos ponemos en contacto con gente que yo conozco o que es habitual del mundillo del turismo activo. También hay una labor de producción importante, porque en Asturias existen tantos espacios protegidos que hay que sacar muchísimos permisos.
“Nuestro programa aspira a que el espectador diga yo quiero hacer eso”
-El tono del programa es divulgativo, accesible a todo el mundo, pero también tiene éxito entre los montañeros más especializados. ¿Cuál es el público objetivo de “Mochileros”?
-Al principio buscábamos un público generalista, al que le gusta ver un poco de todo. Los datos que tenemos es que la mayor parte de nuestros espectadores son mujeres de más de cuarenta años y del entorno rural, porque la TPA se ve muchísimo más allá de las ciudades. Pero también me ha sorprendido, y me presta mucho, saber que hay muchos montañeros que siguen el programa, cuando yo pensé que precisamente iban a ser los más críticos. Y bueno, habrá de todo, pero se ve que en general no es así.
-¿Con cada programa buscáis despertar el espíritu de aventura del espectador?
-A lo que aspiramos es a que cuando acabe el programa el espectador diga “yo quiero hacer eso”. No hay que olvidar que presentamos actividades de riesgo en general, pero para algunas no hace falta demasiada preparación física: para salir a andar a caballo, ir a caminar, ir en bici o bajar en canoa, tampoco hace falta ser una máquina.
-¿Cuál es la clave para conseguir que la gente se enganche al programa?
-Yo creo que aquí se mezclan varias circunstancias. Por un lado es un programa muy doméstico, pasas por un sitio y la gente dice “mira, es mi pueblo, o el pueblo de mi cuñado”, y además se cuenta todo en un tono desenfadado. Y sobre todo estamos mostrando la naturaleza, que no hace falta irse lejos de Asturias para vivir grandes aventuras, porque la gran mayoría no necesitamos grandes aventuras para quedar satisfechos: puedes bajar el Sella, el Nalón, estar dos horas metido en una cueva sin mucha exigencia… cosas que están como máximo a dos horas en coche de tu casa y puedes volver diciendo “qué bien lo pasamos”.
-¿Qué es lo más complicado en un programa de este tipo?
-La meteorología, y eso que hemos tenido bastante suerte. Condiciona mucho, es muy difícil hacer que coincidan al mismo tiempo el equipo, el invitado, y el sol. Con mal tiempo no salimos porque entonces no ves nada, pero sí hemos salido con días de nube porque hay que enseñar un poco de todo. A veces subes a un pico y no ves nada desde arriba; pero aún así te lo pasaste bien en la subida.
“Asturias es una pasada, es un país pequeñito, con un montón de diferencias entre el oriente y el occidente”
-¿Qué anécdotas recuerdas especialmente?
-Este año casi no podemos grabar los capítulos de esquí, porque hizo tan buen tiempo que la nieve no duraba. Llegaba la nevada y tenías que ir corriendo con el invitado y el equipo porque si ibas dos días más tarde no te podías poner los esquís.
También te puedo contar que el equipo era bastante amateur en cuanto a temas de montaña. La primera vez que el cámara se puso unas botas de montaña fue para subir a Peña Ubiña a grabar el episodio piloto. A pesar de que nos lo pasamos muy bien, y lo grabamos todo en un único día que fue maravilloso, yo creo que ahí se dieron cuenta de lo que suponía esto.
-¿Cómo ves la oferta de turismo deportivo en Asturias?
-Asturias es un pozo sin fondo para sacar rutas y actividades. Yo voy caminando por Picos con gente de fuera y me preguntan “oye, ¿por qué no hay vías abiertas en esas paredes?” Pues porque hay miles de paredes, es una pasada. Yo alguna vez estuve escalando la cara este del Urriellu para luego bajar hasta Pandébano, agarrar el coche hasta Sotres y acabar en la playa. Esto sólo se puede hacer en Asturias; y si del Urriellu te vas a playas como Niembro, Cadavedo o Tapia, hay un montón de cosas que puedes hacer por el camino. Yo tengo un amigo inglés que dice que no saldría nunca de montaña fuera de Asturias, porque aquí hay picos de sobra para una vida entera: hay montañas y ríos, sendas costeras y cuevas, barrancos y rutas en bicicleta, y chigres…
-En cada programa salen otros montañeros dando su opinión sobre esa ruta concreta. ¿Qué tipo de gente se encuentra uno en la montaña?
-Si sales en invierno y durante la semana encuentras mucho prejubilado, de esos que supieron aprovechar el tiempo, que con cincuenta o sesenta años se encuentran con todo el día para ellos y dicen “ahora voy a hacer montaña”, y después de dos o tres años se animan con el esquí de travesía… Ésa es la gente que te vas a encontrar un martes o un jueves por San Isidro o por Pajares. Y en verano lo que más hay son familias. Vete a Picos de Europa un lunes de julio o de agosto: Urriellu, Vegarredonda, los Lagos, el Cares… todo eso es un hormiguero de gente de todas las edades.
“Tengo un amigo que dice que no saldría nunca de montaña fuera de Asturias, porque aquí hay picos de sobra para una vida entera”
-¿Hasta qué punto Asturias es una desconocida para los propios asturianos?
-Si se hiciera una encuesta yo creo que fliparíamos. Hay gente que sólo conoce el pueblo donde nació, la ciudad donde vive y la carretera del medio. Y a lo mejor fueron un día a Candás a tomar sardinas o a Salinas a la playa, pero no se movieron más de ahí. Yo a veces estoy hablando con mi familia desde algún puerto y no saben dónde estoy, les estoy hablando de Asturias como podría ser Teruel o Badajoz.
-¿Crees que “Mochileros” es otra manera de dar a conocer la región?
-Sí, igual que programas como “Camín de Cantares” o “La mar de Asturias”… No olvidemos que estamos hablando de una cadena de la comunidad, y si estos programas tienen tanto seguimiento es porque la gente quiere ver cosas. Es que Asturias es una pasada, es un país pequeñito, con un montón de diferencias entre el oriente y el occidente, y eso la mayor parte de los asturianos no lo sabe.