Se sentían doblemente discriminadas: por ser mujeres y por estar discapacitadas. Así que hace siete años un grupo de mujeres decidió crear AMDAS-La Fonte. Desde entonces la vida ha dado un giro de 180 grados para todas ellas.
«Empezamos siendo cinco mujeres, cinco amigas y ahora somos alrededor de ciento cuarenta mujeres dispersas por toda la geografía asturiana» comenta Sila Murillo, presidenta de este colectivo, que confiesa además las dificultades que encontraba su colectivo en actos tan cotidianos como, por ejemplo, ir al ginecólogo. «Para nosotras era denigrante en el sentido de que nos sentíamos humilladas al no tener intimidad, porque dependíamos de unos celadores que nos subieran a las camillas, nos sujetaran las piernas… Hoy hemos conseguido que en los hospitales de Asturias se pongan mesas hidráulicas, que puede utilizar cualquier mujer»
-¿Qué ámbito de acción tiene AMDAS-La Fonte?
-Tenemos la sede de la Asociación en la Casa de Encuentros de Gijón, en el Centro Municipal de La Arena, pero nuestra Asociación es autonómica. Nos encargamos de todo tipo de discapacidades sean físicas o sensoriales, y tenemos socias de todas las edades, incluso niñas aunque afortunadamente son menos, el promedio de edad de nuestras socias está en cincuenta y pico años.
-¿Cómo contactan con vosotras las mujeres con discapacidad?
-Lo hacen a través de una información que les llega de Internet o bien porque nos han visto en algún medio de comunicación. Además tenemos un programa que está subvencionado por el Instituto Asturiano de la Mujer, damos charlas por la zona rural y llegamos a todas las mujeres a las que por algún motivo su discapacidad no les permite salir del ámbito rural. Hay mujeres que han vivido toda la vida sin salir de casa. En estos casos las mujeres ya no son doblemente discriminadas sino que son triplemente.
«Hemos ido a la nieve y hemos demostrado que el esquiar no tiene nada que ver con la discapacidad ni con la edad»
-¿Qué actividades lleváis a cabo?
-Desde información y asesoramiento a las socias, a todo tipo de actividades. Hacemos salidas, tenemos un programa de yoga que llevamos ya realizando dos o tres años, es específico para la mujer discapacitada y que se personaliza dependiendo de su discapacidad. Tenemos los grupos de ayuda mutua (GAM) en donde las socias ya veteranas asesoramos y orientamos a las mujeres que sufren una discapacidad en el transcurso de la vida y que no saben cómo enfrentarse a ello. Cuando cualquier persona sufre una discapacidad que no es de nacimiento el trauma es muy grande tanto para ella como para la familia. Y si por ejemplo, nace un niño o una niña con discapacidad la madre se dirige a nosotras para pedirnos ayuda.
-¿Qué experimenta una mujer discapacitada cuando conoce la Asociación?
-Cuando una mujer entra en AMDAS-La Fonte lo hace completamente perdida y pidiendo ayuda. Muchas veces son mujeres de entre los cuarenta y cincuenta años, discapacitadas, que encima toda su vida han sido cuidadoras de los hijos, de las parejas, padres o hermanos… Cuando llega una edad en la cual los hijos ya vuelan ellas se sienten desamparadas. El primer día entran llorando y diciendo que no saben que van a hacer, pero luego salen contentas y de tal manera que lo primero que dicen es «¿Podemos volver mañana?» Para nosotras es una satisfacción. En la mayoría de los casos lo que necesitan es hablar, tener a alguien que hable con ellas de sexualidad, de pareja, de los niños, porque no tienen quien las escuche.
-Vuestros proyectos abren muchas puertas.
-Sí, hemos sido pioneras en romper barreras. Por ejemplo, llevamos dos años seguidos yendo a la nieve y demostrando que el esquiar no tiene nada que ver con la discapacidad ni con la edad. §
AMDAS-La Fonte: 984 29 74 44 / amdaslafonte@hotmail.com