Distancia: 34,3 km
La ruta:
Una vez en ruta, la primera parada grande es Villaviciosa. Entramos en ella de pleno y, después de atravesar el casco urbano, hay que seguir por un breve tramo la carretera de Infiesto (AS-255). Nos desviamos para continuar hasta la aldea de La Casquita, donde hay que decidir si continuar hasta Gijón o tomar el desvío a Oviedo para enlazar con el Camino Primitivo, pasando por los concejos de Sariego, Noreña y Siero.
En nuestro caso permanecemos en el Camino de la Costa, atravesando pequeños pueblos y salvando dos altos, el de la Cruz y el del Curbiello, que conviene tomarse con calma. Ya en el concejo de Gijón, llegamos a Deva, donde está el albergue, que está comunicado con el centro mediante autobús. Si vamos a pie, entramos por Cabueñes, y accedemos a Gijón junto al río Piles.
Para no perderse:
Además de por la calidad de su sidra, Villaviciosa es conocida por su ría, la mayor de Asturias; y también por playas como la de Rodiles, especialmente frecuentada por los surferos. Si damos una vuelta por la costa, vale la pena visitar el pueblo pesquero de Tazones, donde todos los años celebran una fiesta temática rememorando la llegada a España de Carlos I. Si tomamos el Camino del Salvador, hay que visitar el conjunto de San Salvador de Valdediós, Patrimonio de la Humanidad: el convento pertenece al prerromático tardío y la adyacente iglesia de Santa María es románica.
La entrada a Gijón se hace por Cabueñes, donde están entre otros lugares de interés el complejo de la Laboral, Ciudad de la Cultura y el Jardín Botánico Atlántico. Nos adentramos en la ciudad, por una zona residencial, y llegamos a la playa de San Lorenzo, referencia geográfica fundamental para no perderse. La ciudad, hay que asumirlo, no se ve en un día: hay museos, paisaje, patrimonio artístico… y sobre todo una intensa vida cultural y de ocio que no se debe dejar pasar, por ejemplo, en la zona de Cimadevilla, donde hay una altísima concentración de sidrerías y locales de restauración.