Con casi una década de trayectoria a sus espaldas, esta compañía asturiana afronta una etapa de cambios de la mano de su nueva productora, Inmaculada Marcos.
El público les ha visto en montajes como “Secuestro galáctico”, espectáculo que se desarrolla sobre un cuadrilátero en el que Zapatero y Obama se retan para esclarecer quién de los dos es el mejor interlocutor para tratar con los marcianos. Se trata de una obra presentada en el contexto del Carnaval de Avilés, y que tuvo un éxito importante. Sólo había que ver la reacción del público, atónito ante los acontecimientos planetarios que estaban teniendo lugar ante sus ojos.
Producciones de este tipo no dejan de lado a las creaciones clásicas como La Celestina. Entre un abanico amplio se mueve esta compañía, creada hace ocho años por el actor, director y escritor José Rico, y que ahora continúa adelante dejando el testigo en manos de Inmaculada Marcos, quien se ha hecho cargo de la producción.
-¿En qué momento se encuentra Bacanal Teatro?
-En un punto de inflexión. José Rico tuvo que dejar el teatro por motivos personales y yo asumí el reto de echar a andar solos. Estoy ilusionada. Siempre digo que hay que intentar las cosas, y aprender si uno se equivoca. Además yo soy muy “echada p’adelante” y ya he decidido que éste va a ser un buen año. No hay más que darle la vuelta a las cosas y sacar algo que merezca la pena.
-Tras una obra de teatro hay mucho trabajo. ¿Cuál es su parte?
-Al ocuparme de la gestión hago un poco de todo: contratos, nóminas, altas, bajas, etc. En lo relativo a la producción, me ocupo de que se haga la escenografía, de que el vestuario esté completo, de comprar los detalles que hacen falta; todo, para que la obra funcione. No supone ningún sacrificio. La gente piensa que todos los que estamos en el mundo del teatro queremos ser actores, y no. Yo estoy muy contenta con el trabajo que hago, me gusta mucho y estoy más capacitada para hacer esto que para subirme a un escenario. Actrices y actores hay muchos, pero es poca la gente que se dedica a la producción. En el teatro también hay diseño de escenografía, de vestuario, de luces, etc. Se puede estar en el mundo del teatro desde muchos aspectos.
“El teatro debe entretener, pero a la vez comunicar algún tema de nuestra sociedad, que no es precisamente maravillosa”
-Algunas de vuestras producciones han tenido tanta aceptación que se mantienen desde hace años. La Celestina es una de ellas. ¿Cuál es la clave?
-Desde luego La Celestina gusta mucho, por eso llevamos con ella desde el 99. Hemos respetado el lenguaje, el texto, la secuencia temporal y la hemos sintetizado en hora y media para los institutos porque completa era muy larga. Aparte de todo esto, yo tengo un amor especial por la Celestina, hasta el punto de que colecciono ediciones de la obra.
-¿Y qué aceptación tienen los clásicos como éste entre los jóvenes?
– La entienden y les encanta. De todas formas creo que a los jóvenes les falta curiosidad. Si no van al teatro no pueden saber si les gusta o no, porque aunque en principio se trate de algo que no les interesa siempre se puede aprender algo que merezca la pena. Y ellos no tienen la iniciativa, aunque luego se alegran de haber visto la obra. Es un pena porque son los futuros espectadores y los futuros actores, directores, escenógrafos, etc.
-¿Cuál es el papel del teatro como espectáculo en la sociedad actual?
-Ahora lo que prima es la risa fácil. Yo creo que el teatro debe entretener principalmente pero a la vez debería contener y comunicar algún tema de nuestra sociedad, que no es precisamente maravillosa. Debería tocarnos un poco la conciencia, hacernos mirar un poco más allá. El teatro no necesariamente tiene que sacar en escena todas las miserias pero sí dejar un poso que nos haga pensar un poco.