Tras publicar El Secreto de los Mc Jeffersson y convertir su ópera prima en un éxito de lectura obligada en muchos colegios asturianos, llegó Ratonchi: un ratón travieso y juguetón que vive bajo las calles de Avilés, y que se ha convertido en el amigo de muchos niños que viven con verdadera pasión cómo este pequeño roedor salva la Navidad o escapa del presumido gato francés Gatoleón Buenatrape.
Dice que su madre tiene la culpa de todo. Cuando era pequeña viajaban mucho y, cuando llegaba la hora de irse a la cama, nunca quería dormirse sin que su madre le contase una leyenda del lugar en el que estaban. A su madre le tocaba inventar para conseguir que la niña Dulce Victoria cayera en brazos de Morfeo. Esos cuentos lograron que, a día de hoy, el misterio sea uno de los géneros literarios que más gustan a esta escritora avilesina. «Estoy bastante segura de que mi madre sería bastante mejor escritora que yo», asegura Dulce Victoria mientras se ríe.
Desde pequeña su compañero inseparable era un cuaderno en el que escribía cuentos e historias, pero siempre vio como un sueño ser escritora. Un día, cuando ya tenía ‘El Secreto de los Mc Jeffersson’ escrito y corregido pero guardado en un cajón se dijo: si siempre tengo mis escritos guardados, nunca sabré si a la gente le gustan. Entonces se lanzó con pie firme y se dijo: quiero ser escritora. Tras eso, unas historias llevaron a otras…
-El Secreto de los Mc Jeffersson se ha convertido en lectura obligada en algunos colegios de Asturias. ¿Cómo surgió esta iniciativa?
-La primera edición se vendió en Avilés por el boca a boca. Tuve la suerte de empezar con una librería muy pequeña y la gente se desplazaba allí para comprarlo. Una de esas personas resultó ser un profesor de literatura del Colegio Santo Ángel de Avilés que leyó el libro, le gustó muchísimo y lo vio oportuno para los alumnos de segundo de la ESO. Los profesores me dijeron que nunca habían visto a los niños tan centrados con una lectura, incluso niños a los que no les gustaba leer. En el Colegio Atalía de Gijón los niños se quedaban en el recreo para leer qué más pasaba. Se empezó a correr la voz y, ahora mismo, es libro de lectura en cinco o seis colegios de Asturias. Es uno de los logros de los que más orgullosa me siento.
«Creé una página en Facebook de cuentos solidarios dedicada especialmente a aquellos niños que están en situación de mayor desamparo por una enfermedad o por cualquier situación de su vida»
-Ahora tu personaje estrella es Ratonchi. ¿Cómo fue su nacimiento y el inicio de sus aventuras?
-Quería hacer un cuento de Avilés porque estaba cansada de ver que Ratatouille vive en París, Harry Potter en Hogwarts y me preguntaba, ¿por qué no valoramos lo que tenemos? Estamos tan acostumbrados a nuestro patrimonio que no nos damos ni cuenta de lo que tenemos y nos parece más exótico lo de fuera. Mi intención era que los niños avilesinos se sintieran orgullosos de esta ciudad que tiene un casco histórico y una historia impresionante. Una noche que no podía dormir creé a Ratonchi, el ratón que vive bajo las calles de la ciudad y que es el guardián de los niños. Pensé que iba a tener ingredientes esenciales para gustar porque iba a ser un ratón travieso y juguetón. Siempre utilizo a los personajes de mis cuentos para recordar a los niños que deben ser buenos, respetar el entorno, respetar a los demás y ser solidarios con aquellos que lo necesitan.
-Y tan famoso se hizo Ratonchi que hasta el Ayuntamiento lo quiere usar como imagen turística y cultural…
-Sí, tienen ese proyecto porque Ratonchi ha sido capaz de vender, en menos de un año, miles de ejemplares, incluso se dice que es el libro más vendido de la historia asturiana. Además, Avilés tiene el título de Ciudad Amiga de la Infancia y se trata de que, tanto los avilesinos como la gente que viene de fuera, pueda conocer la ciudad de mano de este ratoncito. Otra de las ideas es hacer rutas por los lugares por los que se desarrolla la aventura. Eso ya lo hicieron colegios que van a conocer Avilés por los lugares por los que pasa Ratonchi y también lo quiere implantar el Ayuntamiento para turismo enfocado a niños. Si vas a conocer una ciudad y la ruta es demasiado histórica, los niños se pueden aburrir, pero si te la explican desde la perspectiva de Ratonchi, puede ser muy divertido. También hay un grupo de padres y de jóvenes que decidieron hacer un Club de Fans de Ratonchi y tienen mucha actividad a través de Redes Sociales.
«Mi intención era que los niños avilesinos se sintieran orgullosos de esta ciudad, que tiene un casco histórico y una historia impresionante»
-Te has implicado en causas solidarias principalmente relacionadas con niños. ¿En qué consiste tu colaboración con el Hospital San Juan de Dios de Barcelona?
-Un día vi un parque lleno de niños y padres que se saludaban muy alegres. Llegó una niña que tenía una enfermedad y nadie le decía lo guapa o lo simpática que era porque estaba en una silla de ruedas, con la cabeza ladeada y en unas condiciones diferentes. La gente, para no verlo, prefería girar la cabeza y mirar para otro lado. Esto me produjo un dolor terrible en el corazón, ya no solo por la niña, sino por esos padres que llevan a su niña al parque con la misma ilusión que llevan a los suyos los padres que tienen hijos sanos. Vi eso y me eché a llorar porque era muy injusto. Entonces me pregunté: ¿Cómo puedo ayudar? Pues de la forma que mejor sé y más me gusta que es escribiendo cuentos. Creé una página en Facebook de cuentos solidarios dedicada a todos los niños pero, especialmente, a aquellos que están en situación de mayor desamparo por una enfermedad o por cualquier situación de su vida. Todo lo que gano con ellos lo dono al Hospital San Juan de Dios de Barcelona, que es uno de los más importantes del país, porque ahí estudian las enfermedades raras infantiles. Es una labor que me gusta mucho hacer y he conocido a muchas familias con la cuales tengo una verdadera amistad, esos cuentos nos han unido.