En algunos conceyos asturianos la presencia de una araña negra y de buen tamaño se considera presagio de malas noticias y en el suroccidente astur la araña puede ser responsable del cuxíu (una infección cutánea). Pero no todo son connotaciones negativas, en algunas historias las arañas salvan a un ‘fugau’, un huido de la Guerra Civil.
Al ocultarse en una cueva las arañas comenzarán a tejer su tela en la entrada, los perseguidores al ver la tela sin romper considerarán que en la cueva no pudo entrar nadie y pasarán de largo.
Si bien en esta versión de Candanal (Villaviciosa) el perseguido es un fugau del monte, en El Meruxal (Llaviana) es Jesucristo quien se refugia en la cueva. En otras versiones son San José y la Virgen María perseguidos por Herodes, por eso a la araña se le da un carácter sacro y no debe matarse. En realidad su labor beneficiosa controlando moscas y otros insectos subyace en esta leyenda. En La Cueva del Moro, en Hinojales (Huelva) sitúan la leyenda del prófugo de la guerra y la araña tejedora. Podemos, incluso, identificar la especie de araña, se trata de la Aracneus diadematus, que presenta una cruz en el abdomen según la leyenda por haber salvado a San José y la Virgen. Es una especie muy abundante en Asturias que teje unas redes grandes en forma de radial. Debido a esta leyenda sus hilos maestros en la telaraña reciben el nombre de «Filos de la Virxen». Esta leyenda aparece también en zonas tan alejadas como la India, aunque los protagonistas, evidentemente, son otros.
Cuentos y leyendas sobre las arañas
