En un cuento tradicional del conceyu de Villayón, Jesucristo está poniendo nombre a los animales diciéndoles qué tienen que comer, cuando le llega el turno al lobo le dice: “Tú comerás pación”. El lobo le responde: “Non, yo quiero comer oveya y castrón”.
Jesucristo contrariado dará un espadazo al lobo que lo esquivará agachándose de las patas de atrás, por eso dicen que los lobos tienen los cuartos traseros huidizos, caídos.
En otro cuento que se extiende por Galicia y Asturies se explica por qué los lobos comen ovejas. Durante la huida a Belén de La Sagrada Familia se cruzaron con un rebaño de ovejas. Sus perseguidores (según versiones los romanos o los moros) al preguntar a las ovejas hacia dónde huían, estas responderán: “A Beee-lén, a Beee-lén”. Por eso la Virgen María les echará una maldición: “Malos llobos os coman”.
Existe un cuento que se extiende por algunos pueblos de Cangas del Narcea, en él una oveya ǃǃambulera (mentirosa) y su cordero están paciendo, el cordero advierte: “Ma, vamos pa casa que va venir el llobu cerval a comenos”. La oveya responde: “Paciguemos, paciguemos que pa casa iremos”. Al final llega el ǃǃobu cerval con la intención de devorarles. La oveja le convence para que antes cierre los ojos y diga una oración por ellos.
Llobu cerval es el nombre antiguo que recibía el lince boreal
Momento que aprovechan para escapar a la carrera y encerrarse a salvo en una cabaña.
Cuando se da cuenta el ǃǃobu cerval ya le han dado con la puerta en las narices. La oveja dice: “Desque soy oveya ǃǃambulera nunca llevé tal escorredera”. A lo que el depredador responde: “Desque soi llobu cerval nunca vi otro tal”.
En este caso se da la particularidad de que ǃǃobu cerval es el nombre antiguo que recibía el lince boreal. Este cuento se engloba en la catalogación universal de Aarne – Thompson – Uther bajo el título “El cazador cazado por su presa”.