Está considerado como uno de los mejores cantantes de tonada de todos los tiempos. De cantar por las caleyas y luego en el bar que sus padres tenían, subió en 1976 a un escenario y desde entonces no ha parado de cosechar éxitos. Desde el pasado año tiene en Riosa una exposición dedicada a él.
-¿Cuándo supo que tenía la tonada en las venas?
-Nací cantando pero no tonada, porque aún no la conocía. Me salía del alma y me inventaba las canciones. Cuando me fui haciendo mayor me gustaba escuchar a Manolo Escobar, Antonio Molina. En casa había un tocadiscos y además de oír música, como teníamos un bar en el Cantu La Vara, pues también cantaba allí. A partir de los catorce me entró el gusanillo de la tonada.
-¿Qué le supuso subirse a un escenario por primera vez?
-Fue en las Fiestas del Rosario de Riosa en el año 76. La gente sabía que me gustaba cantar, así que fuimos un grupo de amigos a escuchar a los cantantes de tonada pero los que iban conmigo me insistieron una y otra vez para que subiera al escenario. Me hizo mucha ilusión estar allí arriba porque estaba rodeado de cantantes buenísimos de aquel momento. Levanté al público y a partir de ahí me dediqué por completo a la canción asturiana.
-¿Se considera un profeta en su tierra?
-Sí, aunque ha sido un camino duro llegar hasta aquí. Lo mío tiene mucho mérito porque empecé de la nada. No fui de esos que desde pequeños van a solfeo y se preparan. Lo mío surgió de forma espontánea. Incluso mi madre me decía que si estaba loco, que se iban a reír de mí cuando cantase en público. Y gracias a que luché contra los nervios, trabajé para superarme cada día, estoy donde estoy.
-Dirige dos escuelas de tonada, una en Candás y otra en Cangas del Narcea. ¿Existe un relevo generacional en la tonada?
-En Cangas hay chavales con siete y nueve años con mucha afición, ganas de aprender y además valen. Algunas veces vienen porque les hace ilusión a sus padres, no porque haya surgido de ellos. El apoyo familiar es importante pero también hay que llevarlo en la sangre. Trabajo con estos chavales para que la tonada no desaparezca.
-¿Qué podemos ver en la Exposición Permanente de José Antonio González «El Cantu La Vara’ en la Casa de Cultura?
-Soy un hijo adoptivo y aunque no nací en Riosa me considero cien por cien riosano. Allí se pueden encontrar fotos de mi infancia, de mi Primera Comunión, con mis padres, mi trayectoria por los distintos escenarios, algunos trofeos, mis discos, cassetes de tonada y gaita, mis recuerdos.
-Usted grabó seis discos, recibió muchos galardones, ¿qué le queda por hacer?
-Tengo 63 años y estoy contento de haber llegado donde estoy. Tengo el proyecto de grabar un disco con una compañera de León que canta muy bien el asturiano. No es un buen momento para vender discos, pero bueno, lo hacemos para dejar algo en el recuerdo y para los que vienen detrás. Por lo demás, quiero seguir con las escuelas de tonada y organizando concursos como el que hacemos en Cangas del Narcea. Manteniendo esto ya tengo suficiente.