A veces me siento tan pequeño, que a mi lado no hay sitio para nadie más.
A veces me siento me siento tan lejos, que mi sombra se confunde con la oscuridad.
A veces me siento tan solo, que para hablarte no sé por dónde empezar.
A veces he caído tan hondo, que no sé cómo escapar y levantando los ojos al cielo, he preguntado a las estrellas ¿quién me puede ayudar?
Unas, del lejano Oriente, hablan de un mensaje de paz.
Otras, las del sol naciente, sólo saben guerrear.
Y algunas me hacen promesas, que no cumplirán jamás.
Mas hay una que no danza, con sus hermanas al compás.
Viaja errante por el cosmos, atravesando la fría inmensidad.
Su senda está libre de normas, que le impidan poder brillar.
Me susurra suavemente al oído, para que me lance a volar.
Me enseña a escalar mis murallas y bucear hasta la verdad.
Me habla de ser un guerrero, para a mis hermanos poder cuidar.
Me invita a surcar con mi velero, los secretos de la soledad.
La seguiré bordeando los abismos, de la cordura mental
La seguiré sin miedo ni prejuicios, hasta el final de la eternidad.
Es preciosa. Para leerla lentamente y saborearla despacito. Bravo