En nuestro caso, no se trata de un eslogan ni de una campaña turística. Asturias es un Paraíso Natural lleno de rincones para descubrir y enamorar no solo a turistas sino también a directores de cine y televisión que eligen estos paisajes como telón de fondo para dar vida a sus historias.
Este año en concreto han coincidido los rodajes de El secreto de Marrowbone en la zona de Pravia, Bajo la piel del lobo en Santa Eulalia de Oscos, Taramundi, Pesoz o Villayón, la serie La zona rodada en más de ciento sesenta localizaciones diferentes de todo el Principado y el documental Cantábrico, pero antes se han rodado más de un centenar de películas y series con gran éxito. Y no es de extrañar porque si echáramos una vista a nuestro alrededor con mirada de ‘cazadores de escenarios’ para películas, encontraríamos un sinfín de localizaciones. Acantilados irlandeses, pueblos perdidos en la montaña, lugares que mantienen vivas sus tradiciones y oficios, hórreos, paneras, lavaderos, Parques y Reservas Naturales, calzadas y sendas que parecen no haber sido transitadas antes… y todo al alcance de la mano.
A día de hoy si hablamos de turismo rural, Asturias es líder a nivel nacional. En los meses de julio y agosto ha contabilizado más de medio millón de pernoctaciones lo que supone un incremento del 12,4% y las mejores cifras del país, según datos de la Consejería de Empleo, Industria y Turismo del Principado. Más de 112.000 personas escogieron alojamientos rurales para sus vacaciones, un 11,4% más que el pasado año. También se ha incrementado el gasto turístico por persona y viaje. No hay que olvidar que la región ocupa el segundo lugar del ranking nacional en cuanto a número de alojamientos.
Al calor de esta oferta no solo se han desarrollado numerosos restaurantes, chigres, bares-tienda que impulsan la gastronomía local y tradicional y la convierten en un elemento más de la oferta, sino también un entramado de empresas de turismo activo, aventura, talleres de artesanía, de agroalimentación que no solo transforman la materia prima en productos de calidad sino que abren sus puertas a una experiencia turística integral en torno a la vida rural.
Vivimos en medio de un escenario natural de película que posiblemente no valoremos lo suficiente al habernos acostumbrado a él. El viajero en cambio queda prendado de la singularidad y particular belleza de esta tierra, por lo que la disfruta y además, repite.
Es la belleza eterna de estos parajes naturales, lo que retienen las inquietas pupilas de visitantes y espectadores que desean que su particular película no termine nunca. Silencio, cámara y… ¡acción!