No creemos que haya nadie en Asturias (casi nos atrevemos a decir que fuera tampoco), que no conozca la sidra. Pero de tod@s ell@s, seguro que aún queda alguna persona que desconoce cómo se prepara, y más aún, cómo se preparaba antiguamente.
A grandes rasgos: hay que apañar las manzanas, seleccionarlas y llevarlas al llagar para mayarlas. Luego se retira la magaya a la masera, se pisa, y el néctar que sale se va metiendo en la pipa o tonel para dejar que fermente.
Pero hay una fase muy llamativa de este proceso en la que queremos hacer especial hincapié: el mayado. En los llagares modernos el mayado se ha modernizado con molinos mecánicos, pero hasta no hace mucho se hacía de forma totalmente manual. Se metían las manzanas lavadas en un duernu (una especie de tanque, que podía ser de piedra o de madera), y con la ayuda de los mayos (unos largos palos de madera, de base ancha) se presionaban y machacaban (se mayaban, vamos), obteniendo el zumo que posteriormente se convertiría en sidra.
Con esta pieza queremos rememorar dicha actividad tradicional, relegada hoy en día a pequeños llagares familiares y como muestra en algún amagüestu.
Nuestra particular versión consiste en un recipiente a modo de duerna, adornado con flores del agua. Y a modo de cucharillas, mayos. En tonos Bardial, por supuesto. Ideal para servir y compartir mermelada o cualquier otro tipo de refrigerio.