Castropol es uno de los tres ayuntamientos del Occidente que cumple la Ley de Protección Animal. La entidad sin ánimo de lucro CastroCanin gestiona el refugio municipal y cuida a estos animales sin hogar. Laura Fernández, presidenta del colectivo, explica la labor que llevan a cabo.
Hace unas semanas, un coche blanco se detuvo en Salave y dejó en plena calle a un perro de aguas blanco con una mancha marrón. Todo esto ocurrió a plena luz del día. Unas jornadas antes aparecía en los alrededores de la protectora un perro sin microchip, aparentemente muy cuidado. CastroCanin se pone en marcha y comienza la tarea de difusión.
El equipo lo forman seis personas y varios voluntarios que ayudan en la labor de cuidado de los animales. En estos momentos cinco perros esperan pacientemente por una casa de acogida que les quiera. “El año pasado conseguimos entregar en adopción diez perros”, comenta Laura Fernández. Algo que nos alegra porque para eso trabajamos aquí, pero también nos entristece porque en el tiempo que pasamos juntos les cogemos cariño. Es como si te quitan un trozo de ti”.
Para fomentar las adopciones y a la vez recaudar dinero para la buena marcha de la protectora, CastroCanin organiza un mercado solidario en verano
Por lo general llegan en mal estado, en ocasiones maltratados, “aquí les devolvemos la vida, más aún cuando les encontramos algún ‘padre o madre”, asegura Fernández.
Para fomentar las adopciones y a la vez recaudar dinero para la buena marcha de la protectora, CastroCanin organiza un mercado solidario en verano, una experiencia que este año quiere realizar en distintos lugares, además de Castropol. A este dinero conseguido se suma la aportación de sus más de veinticinco socios y las donaciones de alimentos y ropa que llegan de personas anónimas a los puntos de recogida que tienen repartidos por el concejo.
“Nos parece importante informar a la gente sobre la conveniencia y ventajas en la convivencia que supone la adopción de un perro adulto. Al final a quien le gustan de verdad los perros le va a dar igual una raza que otra, aunque todos tengamos nuestras preferencias. Gastar dinero en comprar un perro, cuando hay miles abandonados, me parece ridículo”, apunta la presidenta de CastroCanin.