El Ayuntamiento de Coaña en unión al artista Juan Méjica acaba de inaugurar un nuevo parque infantil con connotaciones mágicas. Una obra realizada sobre un terreno cedido por la vecina Doña Sara Celaya, que donó el terreno para uso infantil.
El Bosque de las Letras es un parque con personalidad propia, fuera de lo convencional, en una clara apuesta por la fantasía y la creatividad enfocadas hacia el aprendizaje. Colores, letras y dibujos se combinan entre toboganes que parecen gominolas, columpios que simulan barras de regaliz, un balancín que evoca a los Lacasitos y 27 caballitos rodeando el recinto que recuerdan a las piruletas.
El parque no olvida las raíces del concejo y se integra en su cultura. Tal como indica su autor, Méjica: «En una medida este castro evoca el castro de Coaña. El castro justamente está dispuesto en un valle, en una vaguada. Los cursos de agua los pueblos inteligentes nunca los rellenan, porque un día viene una riada y lo lleva todo. Por tanto, hay que aprovechar la topografía del terreno. Hay que recordar también nuestra tradición ligada a la piedra, pues este parque también reúne un yacimiento megalítico como recuerdo y evocación a esa cultura castreña. Y luego hay que fomentar el valor didáctico porque el conocimiento no se adquiere por ciencia infusa, sino que exige esfuerzo y este se puede realizar incluso de forma alegre. Por eso aquí hay un muro de los instruidos que recuerda a aquellos niños, entre ellos yo, que iban felices a la escuela. También está el Bosque de las Letras, porque la educación comienza por lo más próximo: la casa y el parque».
Así, este parque está lleno de connotaciones etnográficas y culturales. Ejemplo de ello es la Fuente del Conocimiento que sacia la sed física e intelectual acercando a los niños a los números y letras, el Culebrón del Meiro reproducido en el suelo sobre gres cerámico, la Biblioteca de Piedra que invita a sentarse, el Yacimiento de las Grandes Piedras que alberga un conjunto de menhires, o el Cónclave de los Ancestros donde arde el Poderoso Fuego Sagrado.
Este espacio infantil pensado para los niños de Coaña y concejos limítrofes, hay que agradecérselo a la generosa contribución de Doña Sara Celaya. En su testamento donó este terreno con el objetivo de que se construyera en él un parque. En su honor, el espacio lleva también su nombre.