Es el belén más grande de Asturias que permanece abierto al público durante todo el año. Recrea decenas de escenas típicas de la región que pueden verse en miniatura. Todo es obra del belenista José Ramón Díaz Martínez.
Qué lejos quedan esos tiempos en los que la llegada de las vacaciones navideñas era sinónimo de tardes enteras montando el belén en casa. La recogida de musgo, el papel de plata para simular el río, la apertura de cajas olvidadas donde esperaban las figuras o la reunión familiar para intentar reproducir juntos el rincón donde nació el Niño Jesús, eran lo más esperado del año. Sin duda la fascinación que se siente al visitar un Belén tiene mucho que ver con la infancia y esos días felices, carentes de preocupaciones.
En La Caridad (El Franco) permanece abierto al público todo el año un Belén Tradicional Asturiano que ha salido enteramente de las manos de José Ramón Díaz Martínez, artesano belenista en sus ratos libres. También su pasión tiene hondas raíces en la infancia, “En la posguerra, que me tocó vivir con poca edad, vivía en las afueras de Oviedo donde mi abuelo tenía unas fincas próximas al Orfanato Minero Asturiano y Hospital Provincial. En aquellos ocho pabellones las monjas de la caridad, junto a los enfermeros y algún paciente, hacían unos preciosos belenes en cada una de las entradas de los edificios. Los guajes de alrededor íbamos a ver el belén allí, con su escoria para las montañas, el corcho para las casas, y unas figuras hermosas que tenían las monjas. Cuando marchaba de allí, ayudaba a mis güelos “lindiando” las vacas, sacaba barro de una tejera que estaba cerca, modelaba animales, y en el hórreo de mi güelo dejaba secar las figuras, pese a que unos niños vecinos se divertían tirando piedras para rompérmelas”.
“Algunos edificios son reproducciones exactas de construcciones de la zona”. José Ramón Díaz Martínez.
Fue el inicio de una afición que sólo retomó una vez casado, para montar el belén en la mesa del comedor cada Navidad, “hasta que la humedad levantó el barniz de la mesa, y acabó aquella etapa”, comenta un sonriente José Ramón, recordando la riña de su mujer. Los avatares de la vida le llevaron hasta Valdepares (El Franco), donde se construyó una casa en la que se reunía toda la familia y en cuyo garaje comenzó a preparar un belén con figuras articuladas, que año a año iba creciendo. Los curiosos de todo el occidente que se acercaban a admirarlo aumentaban a más ritmo que el tamaño del belén. Fue el origen del Belén Tradicional Asturiano que hoy puede visitarse en La Caridad: “Todas las edificaciones y enseres están hechos al estilo de aquí. El mazo, la mayadora… son oficios asturianos. Las casas son tradicionales, incluso algunas son reproducciones exactas de construcciones ubicadas en occidente, como el palacio de Herodes, que es una versión reducida de un pazo de Valdepares. Y todo lo he hecho yo, lo único comprado son las figuras, que son de resina sintética y fijas, pero yo las vacío y articulo”. El Belén Tradicional Asturiano se ha convertido en un personal museo que une artesanía, tradición y festividad.