La Ribera, El Ayuntamiento amigo

Unas cuentas saneadas y el lujo de vivir en un entorno rural con menos de 2.000 habitantes permiten al Ayuntamiento de Ribera de Arriba ser algo más que una entidad administrativa con responsabilidades hacia sus vecinos. En tiempos difíciles, desde el consistorio no sólo se gestiona un territorio, sino que se contempla la forma de ayudar a sus habitantes en todo lo posible. Es tiempo de arrimar el hombro.

Ribera de Arriba es el concejo de Montaña Central al que hace unos meses viajaron los Príncipes de Asturias tras conseguir la localidad de Bueño/ Güeño el galardón al Pueblo Ejemplar 2012. El mismo que colinda con la capital ovetense y sin embargo tiene notables diferencias con ella. La Ribera, como se conoce al concejo, conserva un aire totalmente rural, sólo alterado por la industrialidad de la central térmica de ciclo combinado que hay en sus límites. La vida en este rincón discurre siguiendo el compás de quienes todavía tienen su huerta, sus prados y ganado, y conocen a cada uno de los vecinos que viven en su entorno cercano. Por eso, ser vecino de La Ribera no tiene nada que ver con residir en la capital asturiana y figurar en un abultado padrón que impide cualquier cercanía con las entidades administrativas locales. Desde el Ayuntamiento de este pequeño concejo, la mentalidad imperante es clara: ayudar en la medida de lo posible a los habitantes del concejo con variedad de medidas. Por ejemplo, las tasas municipales no han subido desde 2006, algo impensable en cualquier otro territorio «Hubo una excepción, creo que en 2010, pero no fue por nuestra iniciativa -puntualiza José Ramón García Saiz, que el próximo mes de junio cumple 26 años al frente de la Alcaldía-. Coincidió con que Cogersa incrementó las tasas de recogida de basura y una pequeña parte de esa subida la reflejamos en nuestros impuestos».
Entre las prioridades del Consistorio se encuentra la mejora de las comunicaciones en el concejo. «Tenemos diversos proyectos para ejecutar de manera inminente, -añade Miguel Angel Sainz-Pardo, concejal de urbanismo e infraestructuras- como el acceso a Soto Ribera desde La Viesca o la primera fase de la carretera que une L’Alto’l Caleyu con Bueño/Güeño. Además, existen otros grandes proyectos que desarrollaremos a lo largo de la legislatura».
La decisión de colaborar en tiempos de crisis ha llevado también a la entidad riberana a tomar medidas como bajar el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) un promedio de un 20% para particulares y un 10% para empresas, y sufragar las becas en educación que antes de los recortes corrían a cargo del gobierno central: para formación, para material escolar de jóvenes y población infantil, y «tenemos previsto también ampliarlo a los estudios universitarios», añade el regidor. El requisito para poder acceder es estar censado en el concejo, una forma de evitar la pérdida de población que amenaza a este municipio. «Ahora mismo hay muchas personas que residen aquí pero figuran en el censo de Oviedo, y llevan a sus hijos a los colegios de la capital, -explica el primer edil-. Sin embargo luego acuden al centro de salud local, donde existe una mayor familiaridad y reciben mejor trato».

La entidad riberana como apoyo a los particulares y empresas ha bajado el IBI. También ha sufragado las becas en educación y tienen previsto ampliarlo a los estudios universitarios.

Desde las diferentes concejalías se mantienen muchos frentes abiertos para mejorar la calidad de vida de la población. «Tenemos una población muy envejecida -dice Patricia Alvarez, concejala de Cultura- y esto requiere de nosotros una atención especial al sector de población de mayor edad». Desde el Centro Intermunicipal de Servicios Sociales (CISS), que Ribera de Arriba comparte con los vecinos municipios de Riosa y Morcín, se atienden las necesidades a través de los programas de Ayuda a Domicilio y la Teleasistencia, un servicio -este último- que el Ayuntamiento está sufragando de forma gratuita, previo informe de los Servicios Sociales. Estos también se encargan de gestionar las Ayudas de emergencia para familias que se encuentren en una difícil situación económica.
Los mayores del concejo, y gracias a un convenio firmado con el concejo de Morcín, pueden disfrutar del Centro de Día de la vecina localidad de Argame. «Los usuarios aportan una parte y el Ayuntamiento otra, para que los ancianos puedan estar atendidos en un entorno cercano y rural, de forma que no les suponga un trastorno».
Para la población más joven, y aprovechando los periodos vacacionales, se programan actividades deportivas en las instalaciones municipales de El Llosalín. Durante todos los días de julio y agosto los chavales pueden disfrutar de cursos de natación, tenis, judo, baloncesto…. El Ayuntamiento se encarga del transporte de los jóvenes, y ellos sólo tienen que pagar 45 euros por los dos meses de verano o 30 por uno de ellos. «El coste es mínimo para la gente del concejo -explica Patricia- pero se incrementa bastante para las personas que no son de Ribera de Arriba».
Sin perder de vista las actividades más cercanas, la solidaridad no debe limitarse a lo estrictamente local, al menos eso es lo que consideran en el concejo de Ribera de Arriba. En momentos de dificultad como éste, el Ayuntamiento amplía su colaboración con otras entidades de atención a colectivos desfavorecidos. El Banco de Alimentos, la Cocina Económica de Oviedo, Cáritas y Cruz Roja son algunas de las organizaciones a las que se destinan 3.000 euros anuales, mientras que la Comisión médica de los campamentos del Sáhara recibe unos 6.000 euros del presupuesto municipal.