Su labor enriquece la vida del concejo desde hace muchos años. No solo investiga la historia, también la documenta consiguiendo así salvar del olvido los grandes y pequeños acontecimientos que han tenido lugar en estas tierras. Su labor altruista da prestigio al concejo por eso ha sido nombrado por unanimidad cronista oficial de Riosa.
-¿Cómo se ha sentido con este nombramiento?
-Un honor muy grande. El reconocimiento a una labor que vengo desempeñando desde siempre de manera natural. Siempre me ha interesado la historia de Riosa, su paisaje y sus gentes, por eso cuando surgió este nombramiento como propuesta popular, para mí fue un halago. Luego, en el Ayuntamiento hubo unanimidad de todos los grupos políticos, así que acepté. El nombramiento fue en enero de 2016 y la toma de posesión en octubre de 2017.
-Estuvo acompañado de varios compañeros cronistas, de familiares y vecinos que quisieron arroparle en ese día tan especial.
-Me agradó mucho ver allí a todos. Fue una acto muy emotivo. En el discurso de la toma de posesión hice un repaso de todo lo que a mí me parecía interesante de la historia de Riosa, con el fin de mostrar el amplio abanico al que me enfrento como cronista y que será motivo de estudio e investigación. Aproveché también para agradecer a todos los que me habían propuesto y a toda la gente que me apoyó desde siempre.
«Tengo mucha curiosidad y disfruto investigando, porque amo a esta tierra»
-¿Cómo definiría la labor de un cronista? ¿Qué aporta?
-Yo siempre dije que iba a ser un cronista de a pie. Voy a dedicarme a buscar todos los vestigios de los antepasados, de la historia, de las tradiciones de Riosa. No quiere decir que vaya a desdeñar actos culturales o históricos importantes, pero a mí me gusta más estar en contacto con la gente, lo que es el trabajo y la investigación del día a día. Me pateo el municipio buscando la historia, y he de reconocer que la gente colabora mucho, hay datos que no conocía y que son muy interesantes. Tengo mucha curiosidad y disfruto descubriendo porque amo a esta tierra.
-¿Cuál ha sido su último descubrimiento?
-La existencia de una carreterona aquí al lado que desconocíamos. Allá por 1846 el carbón de Porció alimentaba la Fábrica de Cañones de Trubia, así que viajaba quince kilómetros en carros de bueyes a través de unos amplios caminos denominados popularmente como carreteronas. Era conocido ese trayecto desde Porció hasta Trubia, pero existía otra carreterona que iba desde el nivel 456 -zona del pico Llosoriu- hasta Porció, que era donde estaba la báscula para pesar el mineral. No hay vestigios por la zona de Villameri hasta La Vega, pero sí desde La Vega a Porció. Hay tramos del camino antiguo que van por la zona del cementerio, debajo del Cabornín por la margen derecha del río, llega hasta Ablaneo, sube por El Pontón, el Valle de Concha, El Teleno y hasta llegar a Porció.