Han sido los pioneros del turismo activo en agua en España. Calo, como cariñosamente conocen a Ricardo Soto, es el director de la Escuela Asturiana de Piragüismo, una empresa de turismo de aventura que en el año 1991 puso en marcha un proyecto visionario: el descenso del Sella para turistas.
«Mi hermano y yo éramos piragüistas en activo y, cuando íbamos a competiciones internacionales, nos dábamos cuenta de que en otros países existía un mercado en este sentido que en España no había –comenta Calo-. Teniendo en cuenta que aquí tenemos el ´Descenso Internacional del Sella con una larga historia y tradición a nivel mundial, nos planteamos que sería un buen reto que, los asturianos, pudiesen bajar por lo menos una vez al año el Sella emulando a los participantes del descenso internacional». Este fue el punto de partida de un proyecto empresarial que tuvo unos inicios difíciles, ya que todavía no existía el concepto de turismo activo o turismo de aventura. A la gente le costó creer en ello pero, a día de hoy, ya es un producto consolidado y demandado por gran parte de los turistas que se acercan a Asturias a conocer de una manera más participativa la naturaleza de la región. «Ahora mismo es un referente no solo a nivel nacional sino también internacional, debido al desarrollo que adquirió –asegura Calo-. Fue un modelo que se exportó a otros lugares de España y que se fue adaptando a las peculiaridades de cada sitio, pero es importante que se sepa que éste fue el punto de arranque del turismo activo en agua en España». Las cifras hablan por sí mismas: a día de hoy bajan el Sella cerca de cuatrocientas mil personas y hay cerca de veintisiete empresas trabajando en la cuenca de este río.
«No es lo mismo ver un documental de naturaleza en la tele que implicarte tú en ello. La naturaleza se percibe con los cinco sentidos y de ahí que lo mejor sea vivirla en directo»
Si de algo puede presumir Asturias en cuanto a reclamo turístico es de naturaleza. Cerca del 90% de los turistas que nos visitan reconocen que escogen Asturias como destino de naturaleza y la mejor forma de conocerla no solo es admirarla sino también participar de ella de manera activa a través de una experiencia de aventura como el descenso de cañones, la espeleología, el rafting, la escalada o el piragüismo. Cualquier actividad es buena si uno se adentra en ella asesorado por profesionales que sepan instruir en el manejo del material. Se trata de disfrutar de la naturaleza de una manera diferente y para ello es importante que las personas en las que confiamos nuestra seguridad sepan manejar las situaciones para que la aventura escogida se transforme en un buen recuerdo y en ganas de volver a repetir.
Asturias es un reducto privilegiado en cuanto a oferta de aventura. El Sella es un buen exponente pero hay cientos de lugares en los que poder vivir este tipo de experiencias, tal y como Calo asegura: «El Sella es una parte importante de esta acción en la naturaleza, pero no nos podemos olvidar de toda una gama de actividades que se pueden hacer y que se fueron desarrollando a posteriori. Tenemos la ventaja de que este es un territorio muy pequeño pero con una diversidad paisajística y natural muy elevada que nos permite, con muy poco desplazamiento, realizar actividades en casi todos los medios. No es lo mismo ver un documental de naturaleza en la tele que implicarte tú en ello. La naturaleza se percibe con los cinco sentidos y de ahí que lo mejor sea vivirla en directo. Nos estamos moviendo en un mundo de sensaciones».