La lengua asturiana está en peligro de extinción. Así de crudo y así de claro. Lo dice la UNESCO, y el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha lanzado una llamada de atención al respecto. Representantes de Iniciativa pol Asturianu participaron en el 29º Congreso de los Derechos Humanos organizado por la ONU en Ginebra, explicando la compleja situación de los hablantes de esta lengua.
Un idioma es más que una vía de comunicación. Es un patrimonio histórico, una inagotable fuente de riqueza cultural, una forma de ver la vida y de generar lazos en una comunidad. De ahí que cuantos más idiomas se manejen, mejor. Más allá de las evidentes ventajas para sociabilizar, está demostrado que las personas bilingües aprenden rápido, están más predispuestas a la multitarea y son más creativas a la hora de buscar soluciones. También son menos proclives a padecer enfermedades degenerativas como el Alzheimer. Por eso la pérdida de una lengua es una tragedia que, en el caso del asturiano, aún se puede evitar. En ello están en la organización Iniciativa pol Asturiano.
-¿Un idioma es un derecho humano?
-Los derechos lingüísticos están reconocidos en la Carta de Derechos Humanos, y es uno de los temas que la ONU contempla a la hora de hacer un informe, junto a la situación de los niños, de las mujeres, de los inmigrantes… En realidad, hasta ahora siempre se había mirado desde el punto de vista del patrimonio cultural, la UNESCO elabora periódicamente un Atlas de lenguas en peligro, en el que el asturiano está catalogado como en riesgo grave. Pero ahora en la ONU lo plantea también desde el punto de vista de los Derechos Humanos, porque hay un colectivo que habla y vive en esta lengua y que tiene coartado el derecho para usarla en determinados ámbitos con normalidad. Es un gran salto.
-¿Cuál es la respuesta del gobierno ante este planteamiento?
-Desde el punto de vista del Gobierno de Asturias, que tiene las principales competencias en este tema, hay incumplimientos claros, partiendo de la base de que la carta de los Derechos Humanos reconoce a las comunidades el derecho a que los gobiernos se dirijan a ellos en su propia lengua. El Gobierno de España también tiene responsabilidades, entre otras cosas porque firmó en 2001 la Carta europea de los derechos lingüísticos, pero no ha habido respuesta. En realidad cuando estuvimos en Ginebra lo único que obtuvimos fue un comentario en privado de un miembro del Ministerio de Exteriores español, que soltó «ahora creo que vienen los de las lenguas raras». Con lo cual entendemos que la única lengua «normal» para ellos es el castellano.
«En el ámbito del estado español la oficialidad es la única manera de que exista el idioma, porque así se recoge en la Constitución»
-El hecho es que el asturiano está incluido en el catálogo de lenguas en peligro de extinción. ¿Se puede hacer algo?
-Desde Iniciativa pol Asturianu trabajamos en este ámbito, pero una organización como la nuestra tiene unos medios limitados. Es labor del Gobierno, regional y estatal, hacer frente a las implicaciones que tiene esto. En varias ocasiones la UNESCO y el Consejo de Europa han llamado la atención a Asturias y España por la situación del idioma, que nos deja un poco en ridículo internacional. De una democracia europea y supuestamente avanzada se espera que haya igualdad de derechos entre los ciudadanos que hablamos una lengua y los que hablan otra.
-Mientras que desde el Principado plantean una mejora de la Ley de Uso y Protección de Asturiano, desde la Academia de la Llingua se habla de oficialidad ya. ¿Qué sistema defiende Iniciativa pol Asturiano, una oficialidad similar a la de Cataluña, Euskadi o Galicia?
-Nosotros pensamos que la Ley de uso es una herramienta interesante que hay que desarrollar, porque ya vamos camino de veinte años desde que se aprobó y sigue incumpliéndose en muchísimas cuestiones. Y es un instrumento que daría mucho juego, porque en la práctica es una semi-oficialidad.
Desde luego, en el ámbito del estado español la oficialidad es la única manera de que exista el idioma, porque así se recoge en la Constitución. El modelo de oficialidad que defendemos no es el de Cataluña ni el de Euskadi ni el de Galicia, sino el de Asturias. Tenemos que buscar un modelo propio, que represente la situación que tenemos aquí y se constituya desde el consenso. Para aprobar la oficialidad son necesarios tres quintos del parlamento, pero lo ideal sería que todos los parlamentarios votasen a favor, como ocurrió en otras comunidades autónomas. Consideramos que éste es un tema transversal, no es de izquierdas ni de derechas, sino de todos los asturianos.
Por ejemplo, el modelo que propone la Academia de la Llingua habla de que necesitamos la declaración de oficialidad ya, pero se puede hablar de una implantación progresiva, que se adapte a las características y las condiciones económicas de Asturias, y a la cantidad de hablantes que se han perdido en los treinta años.
«De una democracia europea y supuestamente avanzada se espera que haya igualdad de derechos entre los ciudadanos que hablamos una lengua y los que hablan otra»
-La cooficialidad de un idioma requiere lógicamente de una inversión presupuestaria. En tiempos de recortes, ¿es un objetivo realista?
-Hay estudios de la Academia de la Llingua que calculan en unos seis millones de euros el gasto necesario para la aplicación de la oficialidad, al menos en los primeros años. Que es una cantidad considerable, pero no imposible.
En realidad creo que hay que mirarlo al revés: no preguntar si podemos permitirnos la oficialidad sino ¿podemos no permitírnosla? Desde que empezó la democracia, Asturias está perdiendo ingresos por este tema, porque existen partidas específicas para las academias de la lengua, para el fomento de la lectura, la normalización en el sistema educativo, la rotulación de carreteras, etc. Por ejemplo, llevamos tres años reclamando financiación para la Academia de la Llingua, y lo hemos llevado al Parlamento español, sin conseguir nada, siempre con la excusa de que la lengua no es oficial.
-Ante este panorama, ¿cuál es el momento actual de Iniciativa pol Asturiano?
-Estamos funcionando desde 2011, y acabamos de celebrar nuestro segundo congreso, en el que se renovó la directiva. Tenemos dos vías de trabajo fundamentales: reivindicar en el ámbito público y trabajar para que se vayan dando pasos. Colaboramos con distintos colectivos y con empresas privadas a través de la firma de convenios y otros acuerdos, con la idea de fomentar que en la sociedad se use cada vez más el asturiano.
Y, aunque siempre nos gustaría hacer más, estamos contentos con el avance, creo que en estos tres años hemos conseguido dar una mayor visibilidad y una cara más amable a la reivindicación del asturiano. Ahora toca también trabajar para que los resultados de las elecciones tengan un resultado para nuestro idioma, porque la oficialidad ha ganado mayor peso en el Parlamento asturiano y eso debe verse reflejado, si no en la oficialidad, en mayores medidas de promoción. Tienen que cumplir el programa.