Leía en un periódico que Nicholas Negroponte, fundador del Media Lab del MIT, Instituto Tecnológico de Massachusetts, afirmaba que las humanidades son la cosa más importante que puedes estudiar. Sin embargo, algunos profesores de Humanidades y una gran mayoría de estudiantes de 1º de Bachillerato, consideran que es lo más fácil y, que si no superas las Ciencias, las eliges para poder aprobar. Profesores que realizan exámenes con libro y alumnos y alumnas que nunca han leído uno son a menudo la población de esta rama académica. Podemos lanzar una sonda como la Voyager con nuestros conocimientos científicos, pero las equipamos con música de Mozart o saludos en los diferentes idiomas humanos, y hacemos esto porque esa sonda no dice lo que somos, no enseña nuestras capacidades y calamidades, lo que contiene sí.
Muchas de nosotras queríamos lanzar una Voyager a la calle de enfrente para que esa amiga, hoy desconocida, sepa quiénes somos. Hoy el Lab del MIT se ocupa de la investigación de causas sociales, porque la tecnología desprovista de todo conocimiento de las humanidades es un simio con un móvil. Sí, el móvil probablemente funcione, pero el simio, no.
Los itinerarios formativos de secundaria especializan al alumnado cara al mercado laboral, tenemos “productos” aptos para trabajar, la pregunta es si son “aptos” para convivir, para amar, si saben enfrentarse desde la humanidad o desde la animalidad. Qué tipo de médico es el que no ha leído jamás literatura o filosofía, qué ingeniera molecular tendremos si no sabe nada de historia o arte.
Qué tipo de médico es el que no ha leído jamás literatura o filosofía, qué ingeniera molecular tendremos si no sabe nada de historia o arte
Stephen Hawking se formó en Cambridge, no solo era un experto en física, además tenía una amplia formación en filosofía, historia y literatura, basta leer algunas de sus publicaciones para darse cuenta de ello. Las Humanidades son un escáner, una fotografía de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser, educan la sensibilidad, nos hacen flexibles y abiertos a diferentes culturas, nos enseñan los errores cometidos en el pasado, para aprender de ellos.
Mandar una sonda con la tabla periódica no le dirá nada nuevo a ninguna civilización extraterrestre, pero mandarle fotos de la II Guerra Mundial les mostrará una de nuestras peores caras, por eso eligieron a Mozart y los idiomas para presentarnos, porque es nuestro lado más “sociable”.
Cada profesora o profesor de Humanidades que no se prepara las clases, que no evalúa a sus alumnos/as con un estándar medianamente serio, colabora en la idea de que las Humanidades son para los que no pueden aprobar las ciencias. No habrá nadie después de Ortega y Gasset, Saramago o Carmen Laforet. Qué mandaremos en la sonda, ¿una foto de nuestras caras?, ¿un fragmento de los programas de televisión donde todos gritan y nadie escucha?
Por supuesto que la técnica y la ciencia son fundamentales para el desarrollo de la humanidad, pero ¿cuál es la finalidad?, ¿hacia dónde se dirige ese desarrollo?, ¿de qué manera queremos que se expanda?, ¿para qué? ¿Cómo será el médico que te trate cuando te queden horas de vida?, ¿qué física irá más allá en el universo?, ¿cómo queremos vivir?, ¿cómo amamos?, ¿cómo morimos? Respuesta: la energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado.